El mundo ya se encuentra proyectando el 2025. Los Estados Unidos definirán hoy su rumbo. Pero varias potencias económicas ya decidieron qué rumbo tomarán en su política. En este artículo, abordaremos los planes del Reino Unido, el estímulo fiscal chino y el plan del nuevo Primer Ministro Barnier en Francia. En la economía global, los países no están tomando un solo rumbo. Y esto se refleja en los planes económicos de los candidatos estadounidenses. Con Harris, que busca implementar políticas similares al laborismo británico, o Trump, que seguiría pasos similares al primer ministro francés, los Bancos Centrales de los principales países del mundo están expectantes al resultado electoral. En esta ocasión, haremos foco en los gobiernos del Reino Unido, China y Francia, con sus metas económicas para el año que viene.
El nuevo presupuesto laborista en el Reino Unido
El gobierno laborista del Reino Unido presentó su presupuesto para 2025, el primer bajo su administración en 14 años, con una serie de medidas fiscales ambiciosas orientadas a reconstruir la economía. La ministra de Hacienda, Rachel Reeves, explicó que el plan incluye un incremento histórico en los impuestos de aproximadamente 52.000 millones de dólares, el mayor desde 1993, con el objetivo de cubrir el déficit financiero heredado y restaurar la estabilidad económica.
Entre las disposiciones destacadas se encuentra la congelación del impuesto sobre la renta hasta 2028, así como un aumento en el impuesto sobre las ganancias de capital. También se mantendrá la congelación del impuesto sobre el combustible durante 2025 y se aplicará el IVA a las tarifas de las escuelas privadas a partir de enero próximo. Además, se ha previsto un alza en las contribuciones de los empleadores a la Seguridad Social, que pasarán del 13,8% al 15%.
Este presupuesto proyecta que la carga fiscal alcance un 38,8% del PIB entre 2027 y 2028, una estrategia diseñada para asegurar recursos que permitan financiar programas en áreas clave como infraestructura, salud y educación. La administración de Reeves ha dejado claro que, aunque se están realizando ajustes significativos, no habrá aumentos en el IVA, los impuestos sobre la renta ni las contribuciones a la seguridad social para los trabajadores.
Los paquetes fiscales que prepara China
El Congreso chino inició esta semana debates sobre un amplio paquete de estímulo para revitalizar su economía, buscando afrontar la desaceleración que afecta especialmente al sector inmobiliario y a la demanda interna que ya hemos analizado anteriormente. Este paquete prevé una emisión de bonos especiales valuados en alrededor de 300.000 millones de euros, destinados a fortalecer la infraestructura y dar soporte a los gobiernos locales, buscando un impulso directo en sectores estratégicos. Sin embargo, se espera que el total proyectado supere los 423.000 millones de dólares, ya que los analistas advierten que una cifra menor podría generar “decepción” en el mercado, y un menor impacto al esperado por las autoridades chinas.
En cuanto a los objetivos de crecimiento, Beijing apunta a alcanzar un incremento del PIB de 5% para finales de año, un número levemente inferior al crecimiento de 2023, que fue de 5,2%, pero todavía ambicioso si se considera que las proyecciones externas sugieren un 4,8%.
A pesar de estas medidas, el gasto fiscal actual plantea retos. Inicialmente, se esperaba un aumento del gasto público en un 3% este año, pero, según datos del Ministerio de Finanzas de China, hasta octubre se registró una disminución del 1%. Este desfase podría complicar el logro de la meta de crecimiento y señala la necesidad de ajustes adicionales para impulsar el consumo y la inversión privada en un contexto de recuperación lenta
Francia: recorte del gasto público y aumento de impuestos
En Francia, el Proyecto de Ley de Finanzas (PLF) busca enfrentar el desafío de reducir el déficit público progresivamente, cumpliendo con las directrices establecidas por la Unión Europea. El objetivo inicial es disminuir el déficit al 5% del PIB en 2025 y, en un esfuerzo de consolidación fiscal a largo plazo, llevarlo al 3% para 2029.
Para alcanzar esta meta, el gobierno francés necesita reunir alrededor de 60.000 millones de euros. De este monto, aproximadamente 40.000 millones provendrán de recortes en el gasto público, mientras que los 20.000 millones restantes se obtendrían mediante aumentos de impuestos. Estas medidas se suman a los 10.000 millones de euros en ahorros implementados por el gobierno anterior, reflejando la magnitud del esfuerzo fiscal requerido para estabilizar las cuentas públicas. El Primer Ministro, Michel Barnier, estableció que unos 65.000 hogares de altos ingresos deberán asumir un incremento impositivo de 2.000 millones de euros, mientras que alrededor de 300 grandes empresas enfrentarán impuestos adicionales durante uno o dos años.
Muchas recetas, pocas certezas
El laborismo británico, el Partido Comunista Chino o el Primer Ministro francés deben planificar el año que viene, bajo una espesa neblina. Hoy parte de esa niebla se disipará con el resultado electoral en los EE. UU., pero aun así, el impacto de las políticas de la nueva presidencia estadounidense es incierto. Los Bancos Centrales irán anunciando luego del martes sus nuevas políticas de tasa monetaria, ante un mercado que será muy volátil hasta el viernes.
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