Donald Trump, el expresidente estadounidense, ha sido reelecto en una inesperada remontada en la elección presidencial de 2024. Esta victoria marca un regreso impactante y plantea un nuevo capítulo de liderazgo que podría desafiar tanto la estructura política interna de los Estados Unidos como sus relaciones diplomáticas globales.

La victoria de Trump se confirmó cuando logró más de los 270 votos electorales requeridos, superando a la candidata demócrata Kamala Harris, quien asumió la candidatura tras el retiro del presidente Joe Biden de la contienda electoral. Con el estado de Wisconsin otorgándole el número decisivo de votos, Trump consolidó su regreso al poder, aventajando a Harris por 5 millones de votos en el conteo popular y asegurando una mayoría en el Colegio Electoral, con una proyección de 279 votos a su favor, frente a los 223 obtenidos por Harris.

Contexto de la victoria: economía y polarización

La victoria de Trump se sostiene en gran medida por la preocupación de los votantes en torno a temas críticos como la economía y la inmigración. Los estadounidenses, enfrentados a una creciente inflación y altos costos de vida, expresaron su frustración con la administración saliente, depositando su confianza en el expresidente para resolver estos problemas. Según encuestas de Reuters/Ipsos, el empleo y la economía fueron los temas más preocupantes para los votantes, en especial para aquellos hogares de menores ingresos, muchos de los cuales apoyaron a Trump en esta elección.

En este contexto, Trump captó un amplio respaldo de votantes rurales, de clase trabajadora y sin educación universitaria, junto con sectores de la comunidad hispana, quienes tradicionalmente apoyaban al Partido Demócrata. Este cambio se interpreta como una respuesta directa a la política económica del gobierno saliente y al descontento con las políticas migratorias percibidas como insuficientes para enfrentar el aumento del crimen.

Implicaciones de la victoria: cambios en política y sociedad

Un segundo mandato de Trump podría marcar un giro sustancial en la política estadounidense en áreas claves como el comercio internacional, el cambio climático, la guerra en Ucrania y la inmigración. Trump ha prometido endurecer su política comercial hacia China y aplicar nuevas tarifas que podrían tensar aún más las relaciones con los aliados de Estados Unidos. Además, su propuesta de realizar recortes de impuestos podría tener repercusiones significativas en la deuda del país, lo que ha generado preocupación entre los economistas.

En el plano social, el regreso de Trump al poder podría profundizar la polarización ya existente. Durante la campaña, Trump utilizó una retórica agresiva, prometiendo «salvar la economía de la destrucción» y responsabilizando a Harris y al Partido Demócrata de lo que él considera un aumento en la delincuencia y una falta de control migratorio. El uso de este lenguaje, además de su promesa de endurecer las políticas de deportación, apunta a un escenario donde las divisiones políticas y sociales dentro del país podrían agudizarse.

La vicepresidenta Kamala Harris, que asumió la candidatura demócrata en reemplazo de Biden, no logró vencer a Trump a pesar de sus advertencias sobre el posible retroceso democrático que implicaría su reelección. Harris centró su campaña en la preservación de los derechos civiles y la protección del sistema democrático, un mensaje que, aunque fuerte, no logró captar el apoyo suficiente para revertir la ventaja de Trump.

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Redacción
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