El buque británico con la bandera de Malvinas, RRS Sir David Attenborough, ingresó recientemente al Río de la Plata, posicionándose cerca de Montevideo, Uruguay. La presencia del Sir David Attenborough en aguas sudamericanas, y con su destino final en las Malvinas, refuerzan la influencia del Reino Unido en el Atlántico Sur y podrían elevar las tensiones diplomáticas con Argentina.
En este sentido, la presencia del buque británico en el Río de la Plata fue confirmada mediante el sitio web de rastreo satelital MarineTraffic. La escala del Sir David Attenborough en Uruguay forma parte de su ruta antes de llegar a Malvinas, como parte de una misión de largo plazo para recolectar datos científicos de alta precisión sobre la biodiversidad marina, los ecosistemas y el impacto del cambio climático.
¿Repercusiones en Argentina?
La llegada del RRS Sir David Attenborough coincide con la reciente reestructuración en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina, con asunción de Gerardo Werthein como nuevo canciller. Esta situación parece reflejar una política exterior menos proclive a los reclamos formales ante la presencia británica en territorios en disputa. Históricamente, los gobiernos argentinos mantuvieron una postura crítica hacia la actividad británica en las Malvinas, que reclama como parte integral de su territorio. Sin embargo, con el nuevo Gobierno de Javier Milei, es incierto si se tomará alguna medida diplomática en este caso específico.
Además de la polémica que rodea la presencia del Sir David Attenborough, recientemente un avión de la Real Fuerza Aérea británica realizó una escala en Brasil camino a las Malvinas, un hecho que también podría interpretarse como un fortalecimiento de la logística británica en el Atlántico Sur. A nivel regional, estos eventos reavivan las tensiones sobre la soberanía y la presencia militar británica en territorios que tanto Argentina como otros países de América Latina consideran de relevancia geopolítica y ecológica.
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Fuente: Agenda Malvinas
Nuestro país no es China. No tenemos ningún peso regional, por eso Brasil, Uruguay o Chile hacen caso omiso o limitado a los pedidos de Argentina en no autorizar escalas en sus aeropuertos o puertos a vuelos o buques en tránsito a Malvinas. Entre países solo hay intereses. Y mientras sigamos siendo un país sin verdadero desarrollo, difícilmente logremos algo. No alcanza con reclamos o quejas en la ONU, OEA o twitter…
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