El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, calificó de “excelente” su primera conversación con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, un día después de la victoria electoral republicana. Durante esta llamada, ambos líderes discutieron la importancia de mantener un diálogo estrecho y fortalecer la cooperación mutua, mientras el entorno político cercano a Trump comenzó a presentar posibles vías para poner fin al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, tema central que influirá en las futuras relaciones diplomáticas.
En un mensaje publicado en X (antes Twitter), Zelenski felicitó a Trump por su “histórica victoria” y resaltó que se espera mantener la comunicación activa en pos de avanzar en temas bilaterales y globales. El líder ucraniano, quien previamente elogió la política de “paz a través de la fuerza” que Trump propone, expresó que este enfoque podría traer beneficios significativos no solo para Estados Unidos, sino también para el resto del mundo.
Durante la reciente campaña presidencial, Trump mostró una postura crítica hacia Zelenski, refiriéndose a él como “el mayor vendedor de la Tierra” y cuestionando su negativa a negociar con Rusia. No obstante, ahora, al asumir la victoria, Trump mantiene su promesa de ser un “presidente que pondrá fin a las guerras”, aunque no detalló cómo lograría pacificar el conflicto ruso-ucraniano, asegurando que su diplomacia personal sería el factor clave para la negociación con Zelenski y el presidente ruso, Vladimir Putin.
El plan de paz de Trump
Según un informe del Wall Street Journal (WSJ), los asesores de Trump han comenzado a esbozar opciones para un acuerdo de paz, aunque existen diferencias internas en cuanto a los términos. La propuesta más discutida se centra en congelar el conflicto en su estado actual, lo que implicaría dejar cerca del 20% del territorio ucraniano bajo control ruso. Además, se plantea una pausa en los esfuerzos de Ucrania por ingresar a la OTAN durante al menos dos décadas, a cambio de mantener un flujo constante de armamento estadounidense para disuadir cualquier futura agresión rusa.
El plan, aún no aprobado por Trump, refleja el dilema que enfrentará su administración: decidir cómo manejar un proceso de paz extremadamente complejo, en el que los intereses de Ucrania, Rusia y las naciones aliadas difieren notablemente. Algunos asesores como Richard Grenell, quien podría asumir un rol clave en política exterior, apoyan la necesidad de celeridad para alcanzar la paz, mientras otros, como el exsecretario de Estado Mike Pompeo, promueven una solución que no otorgue a Moscú una victoria aparente.
El WSJ señala que una de las propuestas incluiría la creación de una zona desmilitarizada supervisada por fuerzas europeas, sin participación directa de tropas estadounidenses. La posición de Trump respecto a una Ucrania neutral y no alineada con la OTAN ha sido objeto de debate entre sus asesores, quienes ven en esta estrategia una potencial solución temporal al conflicto.
Las implicaciones de cualquier intento de negociación serán profundas, considerando las persistentes tensiones en el terreno y los intereses en juego. Ucrania, que sigue defendiendo su integridad territorial, y Rusia, que busca consolidar sus avances, tienen objetivos de guerra divergentes y pocas señales de disposición para ceder. Además, la resistencia de algunos aliados de la OTAN, como Finlandia, que considera inadmisible cualquier diálogo que no cuente con el consentimiento de Ucrania, añade más complejidad al panorama.
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La verdad es que Zelenski no tiene mandato. Jurídicamente no puede decidir nada y los que cumplieron sus órdenes están en el mismo limbo jurídico.
Por otro lado, Alemania está en quiebra y EUA necesita seguir alimentando el conflicto, para terminar de enterrar a Europa en un nuevo ciclo de pobreza.