El paso de la DANA (Depresión Aislada de Niveles Altos) en Valencia, España dejó destrucción y pérdidas económicas, con más de 200 fallecidos y personas desaparecidas. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) calificó esta DANA como “excepcional, tanto en duración como en intensidad”.

La DANA es una masa de aire polar que circula entre los 5.000 y 9.000 metros de altura. Al mezclarse con el aire cálido de la superficie, genera condiciones inestables que suelen provocar lluvias intensas e inundaciones, especialmente al inicio del otoño. El cambio climático incrementa la intensidad y frecuencia de estos fenómenos debido al aumento de la temperatura de los mares.

Respecto a la DANA que impactó en la Comunidad Valenciana, hubo especial énfasis en el sistema de alertas y las decisiones gubernamentales para informar a la población. Según AEMET, en los días previos al evento se emitieron alertas y avisos especiales, y ante el riesgo inminente, el martes 29 de octubre por la mañana se activó la alerta de nivel “rojo”. Sin embargo, el sistema ES-Alert, diseñado para enviar mensajes masivos de advertencia a la ciudadanía, no se activó hasta que el fenómeno ya estaba afectando a la población.

Para la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la acción temprana es crucial para proteger y salvar vidas ante fenómenos climáticos cada vez más frecuentes. La OMM también destaca el papel de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales para hacer previsiones y contribuir a estos objetivos. En esta línea, impulsa la iniciativa global Alertas Tempranas para Todos (Early Warnings for All).

Esta iniciativa, presentada en la COP27 (Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático) en Egipto, tiene como principal objetivo salvar vidas; y desde su enfoque integral busca también preservar medios de subsistencia, infraestructuras, empleos y bienestar económico, promoviendo la sostenibilidad para reducir el impacto de fenómenos extremos. Actualmente, solo el 52% de los países cuentan con sistemas de alerta temprana ante riesgos, pero con esta iniciativa se espera que en 2027 toda la población mundial esté protegida.

De acuerdo con el Plan de Acción, que comenzó a implementarse en 2023, la iniciativa se basa en un sistema de alerta temprana multirriesgo. Este sistema permite alertar a las personas sobre un fenómeno climático peligroso por los medios adecuados dándoles tiempo suficiente para actuar. Incluye cuatro etapas clave: conocimiento de los riesgos de desastre, observación y previsión, comunicación y respuesta. Para implementarlo, se estima una financiación de 3.1 billones de dólares.

Un caso de estudio destacado es el paso del ciclón Mocha por Bangladesh en mayo de 2023. El Sistema Integrado Regional de Alerta Temprana Multirriesgo para África y Asia (RIMES, por sus siglas en inglés) dio soporte al Portal de Difusión de Pronósticos Integrados (INSTANT), el cual mostró en tiempo real mapas con previsiones y alertas. Gracias a los datos del Departamento Meteorológico de Bangladesh y de centros meteorológicos europeos, la rápida difusión de los mapas permitió respuestas inmediatas y el diseño de estrategias de reconstrucción a largo plazo.

La colaboración entre instituciones es fundamental para enfrentar y dar respuesta al aumento de fenómenos extremos, pero se necesitan esfuerzos globales y financiación constante para que esta meta se cumpla en 2027 y podamos reducir el impacto de futuros eventos climáticos.

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