La escasez de combustible en Bolivia, que se vio profundizada por filas interminables de bolivianos en las gasolineras, evidenció el comienzo de lo que podría ser una profunda crisis económica y energética para el Gobierno de Arce. Analistas locales, citados por The Río Times, explican que, en gran medida, esta situación se debe a problemas económicos estructurales y una administración deficiente de los recursos energéticos durante las últimas dos décadas.

En este sentido, desde la nacionalización del sector energético en el año 2006 bajo el Gobierno de Evo Morales, Bolivia viene sorteando dificultades para atraer inversión extranjera directa en el área de hidrocarburos. Las empresas energéticas internacionales, desmotivadas por la imposición de altos impuestos, comenzaron a reducir su actividad de exploración. Esto – según explican analistas – es lo que condujo a Bolivia a un agotamiento de las reservas y a la dependencia de importaciones, pasando de ser un exportador a un importador neto de energía.

Pero la situación actual se complicó aún más debido a las protestas de simpatizantes de Morales, quienes bloquearon rutas estratégicas de distribución de combustible. Esto dejó varados a cientos de camiones cisterna, empeorando la crisis. Según el gobierno, más de 1,100 camiones con combustible están retenidos en diversas rutas, lo que agravó la escasez en ciudades como Santa Cruz, donde el suministro diario de gasolina cayó drásticamente de 35,000 a 10,000 litros.

Además, el impacto de la escasez de combustible se extendió a sectores esenciales como la agricultura y la minería. Muchos agricultores y cooperativas mineras enfrentan dificultades para operar maquinaria o transportar productos, lo que podría generar un impacto directo en los costos de los alimentos y otros bienes básicos. La falta de combustible comenzó a generar una crisis económica doméstica, con gasolineras que racionan el suministro a 100 bolivianos por persona.

Crecen las críticas a Luis Arce por la situación en Bolivia

En este contexto, el presidente Luis Arce fue criticado por no abordar el problema de manera oportuna. Su respuesta ha sido atribuir la crisis a una situación “temporal” que espera resolver con medidas inmediatas, incluyendo la militarización de la frontera para evitar el contrabando de combustible. No obstante, desde la oposición y analistas en economía de Bolivia, dudan de la viabilidad de esta estrategia sin una reestructuración económica profunda.

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Otro factor que complica la situación es la falta de divisas para financiar las importaciones de combustibles, en medio de un contexto de escasez de dólares en el país. El modelo de subsidios energéticos aplicado desde hace años está generando costos insostenibles para el Estado, lo que presiona la economía y contribuye a la inflación. Mauricio Medinaceli, exministro de Hidrocarburos, recomendó que eliminar gradualmente los subsidios sería una alternativa que ayudar a evitar que la crisis se profundice.

En el plano internacional, los vecinos de Bolivia cuestionan si el país perdió la oportunidad de diversificar su economía en sectores como el litio y la energía renovable, recursos potenciales que podrían aliviar su dependencia de los hidrocarburos. El panorama sigue incierto, sin una solución clara a corto plazo, lo que genera escepticismo y despierta alarmas en la población boliviana.

Fuente: The Rio Times

Redacción
Equipo de redacción de Escenario Mundial. Contacto: info@escenariointernacional.com

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