Tal como informó Zona Militar, la llegada de un caza furtivo Su-57 de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas (VKS) a China el pasado domingo ha generado un interés notable en círculos de observación y análisis internacional. A este evento se suma la reciente entrada de un segundo modelo de Su-57, transportado en la bodega de un avión de carga, en lo que se considera una exhibición en el Zhuhai Airshow, lo cual sugiere un esfuerzo por fortalecer lazos entre Rusia y China en el ámbito aeroespacial.
Tras realizar una escala en el aeropuerto de Taiyuan Wusu, llegó a Zhuhai, donde generó un gran interés y una ola de publicaciones en redes sociales, incluyendo fotos y videos. Los detalles de la aeronave, como sus alas y compartimentos internos, han sido objeto de amplio escrutinio, destacándose la percepción de acabados “rústicos” en su manufactura, lo que ha dado lugar a debates sobre sus capacidades en comparación con cazas de otros países, como el F-22 y F-35 de Estados Unidos o el J-20 y J-35 de China.
Estas presentaciones en Zhuhai subrayan el interés de ambas naciones por exhibir y evaluar sus tecnologías, en un contexto internacional marcado por la competencia en capacidades de defensa avanzadas, y permiten a los analistas examinar más de cerca el estado actual y las posibles mejoras de los sistemas de aviación militar de Rusia en escenarios internacionales.
Esta cooperación apunta a un fortalecimiento de los lazos de defensa entre Rusia y China, lo cual representa un mensaje simbólico y estratégico frente a la influencia y presión militar de Occidente, particularmente de Estados Unidos, en Europa y Asia-Pacífico. La colaboración en el ámbito de la aviación militar avanzada puede percibirse como una declaración de autonomía tecnológica y una consolidación de una posible alianza estratégica entre ambos países, que buscan contrarrestar la hegemonía de la OTAN y sus aliados en tecnología de defensa.
Además, la presencia del Su-57 en territorio chino permite a ambos países mostrar sus capacidades militares a nivel global, potenciando su imagen en el mercado internacional de armamentos y estableciendo un contrapunto a las tecnologías furtivas de Estados Unidos y sus aliados, como el F-22, F-35 y el J-20 de China. Este evento no solo fortalece la posición de Rusia y China en términos de defensa, sino que también puede generar inquietud en Occidente respecto a una mayor coordinación entre dos potencias nucleares, en un momento donde las tensiones en Europa y Asia aumentan.
Así, esta cooperación en Zhuhai envía un mensaje claro: Rusia y China están dispuestas a consolidar su alianza y compartir recursos estratégicos, reafirmando su intención de actuar como un contrapeso en el orden internacional frente a la influencia militar y tecnológica de Estados Unidos y sus socios.
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Fuente: Zona Militar