La guerra en Ucrania ha llevado a las Fuerzas Armadas del país a empujar el tiempo de formación de sus soldados al límite. Mantener una línea de combate altamente capacitada parece ya imposible, ya que los soldados deben cursar sus ciclos de formación rápidamente para volver al frente.
Las Fuerzas Armadas de Ucrania se encuentran entrenando conjuntamente en misiones de la Unión Europea, como la Misión de Asistencia Militar de la UE (EUMAM) Ucrania. Con el objetivo de adiestrar más soldados a finales de este año (totalizado 10.528 individuos), Polonia es uno de los países que imparte formación especializada. Lo más importante para Estados Unidos y los aliados de la OTAN, en general, Occidente, el entrenamiento es necesario para poder reponer las pérdidas de los soldados en la guerra.
Cabe destacar que las bajas en Ucrania se estiman en 80.000 y en 400.000 heridos, mientras que Rusia ha perdido hasta 600.000 soldados, entre heridos y fallecidos. Por esta razón, Ucrania busca que las pocas unidades que no se encuentran agotadas físicamente o con múltiples ausencias puedan seguir operando profesionalizando a los soldados que quedan.
El detalle del (poco) entrenamiento ucraniano
En torno al entrenamiento internacional, la misión EUMAM en Polonia también lleva a cabo adiestramientos colectivos para escuadrones, pelotones y compañías. Buscan entrenar a las tropas ucranianas en escenarios de combates reales, utilizando drones e incluso armados. Pero para muchos, la necesidad ucraniana de contar con más tropas lleva a distorsionar el adiestramiento y merma su eficacia.
Muchos de los entrenamientos duran solo un mes, mucho menos de lo que se espera, mientras que los colectivos duran una semana. En palabras del comandante adjunto de la misión polaca EUNAM, Ucrania establece esos calendarios en función de sus necesidades.
La crítica central gira en torno a que no pueden enseñarse las capacidades necesarias en tan solo un mes, por lo que la formación suele centrarse en lo que los soldados “necesitan tener”. Similar ocurre con los entrenadores ucranianos, quienes durante unos meses ejercen su trabajo y luego son enviados al campo de batalla.
Entre falencias y necesidades en la formación
Entre tantas necesidades, Ucrania precisa inicialmente soldados de infantería. Por esa razón, muchas veces debe “reciclar” a soldados de otras áreas, lo cual lleva más tiempo. Parte de la formación consiste en familiarizar a los oficiales con las plataformas de inteligencia del campo de batalla, aunque o no se tienen las capacidades o bien son fabricadas localmente con ciertas falencias.
Por otro lado, el país hace sumo hincapié en el uso de drones, y aunque Ucrania opera una amplia gama de ellos, no siempre se cuenta con la mano de obra necesaria. Normalmente a los soldados se les asignan objetivos y se les otorga un margen de maniobra para tomar decisiones, lo cual contrasta su doctrina militar histórica que puntualiza en el mando detallado.
En paralelo, para tener esa libertad de tomar decisiones frente a objetivos. los soldados deben tener una capacitación avanzada. Pero los ucranianos, en cambio, solo disponen de semanas o a lo sumo meses para adiestrarse. Esto suele ser un reto.
Por último, la mayor falencia para Ucrania es la necesidad de armamento. Más allá de la cantidad de personas y su capacitación, los soldados no cuentan con el recambio de material como necesitan. Ello recae en la dependencia de países socios y aliados, ya que la industria ucraniana no es tan grande como se precisa.
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