El Departamento de Comercio de Estados Unidos envió recientemente una carta a Taiwan Semiconductor Manufacturing Co (TSMC), solicitando detener los envíos de chips a clientes chinos que a menudo se utilizan en aplicaciones de inteligencia artificial (IA). Además, se impusieron restricciones a exportaciones de chips sofisticados de 7 nanómetros o diseños más avanzados destinados a China, además de unidades de procesamiento gráfico (GPU).
El medio de comunicación chino Ijiwei informó el viernes pasado que TSMC notificó a las empresas chinas de diseño de chips que suspendería aquellos de 7 nanómetros o menos para clientes de IA y GPU, con aplicación a partir de este lunes 11 de noviembre. Esta medida ocurre justo cuando las preocupaciones entre legisladores estadounidenses aumentan, principalmente por la “insuficiencia de controles de exportación a China” por parte del Departamento de Comercio.
Esta orden se impone semanas después de que TSMC notificara al Departamento de Comercio que uno de sus chips se encontró en un procesador de IA de Huawei. Técnicamente, y después de una investigación, se violaron los controles de exportación, ya que Huawei se encuentra dentro de una lista de comercio restringido.
Gran parte del comercio entre Estados Unidos y Taiwán relacionado a la producción y fabricación de microchips impide vender los componentes a ciertas empresas, como el caso de Huawei. Para comprarlos, se requiere que los proveedores obtengan licencias para enviar cualquier mercancía o tecnología a la empresa.
En este contexto, TSMC suspendió los envíos al diseñador de chips con sede en China Sophgo. No obstante, esta medida drástica por parte de Estados Unidos posiblemente afecte a muchas más empresas y permitirá a Estados Unidos evaluar si otras compañías están desviando chips a Huawei para su procesador de IA.
El Ministerio de Economía de Taiwán emitió un comunicado, afirmando que “TSMC ha mantenido conversaciones regulares con el gobierno sobre cuestiones de control de exportaciones y ha dejado claro que cumplirá con las regulaciones nacionales e internacionales”. Se considera una “empresa respetuosa con la ley… comprometida con el cumplimiento de todas las normas y reglamentos aplicables, incluidos los controles de exportación”.
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