El pasado lunes inició la edición número 29 de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP29), en Bakú, Azerbaiyán. La agenda de esta edición, que fue aprobada con demora, abarca la discusión de las medidas comerciales en discusiones informales, y la conversación amplia del Diálogo de Emiratos Árabes Unidos.
La cuestión del financiamiento del Acuerdo de París es central, y fue abordada por el secretario ejecutivo de la Convención Marco de Naciones Unidas en Cambio Climático (CMNUCC), Simon Stiell. En su discurso de apertura, afirmó: “descartemos la idea de que el financiamiento climático es una obra de caridad. Un nuevo y ambicioso objetivo de financiamiento climático responde exclusivamente al interés propio de todas las naciones, incluidas las más grandes y ricas. Pero no basta con acordar un objetivo”.
Pero en este amplio contexto de diálogo y negociación, un país ha decidido bajarse del barco. El gobierno de Argentina ha ordenado a su delegación, que ya se encontraba en Bakú, retirarse de la COP29. La subsecretaria argentina de Medio Ambiente, Ana Lamas, confirmó la decisión que fue informada con anterioridad al medio Climática.
“Es verdad. Tenemos instrucciones del Ministerio de Asuntos Exteriores de dejar de participar. Es todo lo que puedo decirle”, afirmó la funcionaria. No fue confirmado si Argentina también tenía previsto abandonar el Acuerdo de París, aunque Javier Milei amenazó con tomar esta decisión durante su campaña electoral del año pasado.
Mientras tanto, los líderes mundiales han utilizado su discurso en la apertura, fortaleciendo su presencia en la cumbre, para dialogar sobre energía nuclear y su importancia en el medio ambiente. Seis nuevos países se unen al compromiso del año pasado de triplicar la capacidad nuclear mundial para 2050. La incorporación de El Salvador, Kazajstán, Kenia, Kosovo, Nigeria y Turquía eleva a 31 el número total de miembros.
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