En un incidente que genera preocupaciones sobre la seguridad de las operaciones navales de Estados Unidos, un misil lanzado por los rebeldes hutíes estuvo cerca de impactar contra del portaaviones nuclear USS Dwight D. Eisenhower de la Armada de Estados Unidos mientras este se encontraba en el Mar Rojo. El hecho, revelado por el CTC Sentinel, ocurrió en el marco de las operaciones que está llevando a cabo el portaaviones con su presencia, entre otros, para mantener la seguridad de navegación en Medio Oriente.
Tanto este cómo otros hechos ponen en evidencia los riesgos crecientes que representan actores no estatales como los hutíes, quienes cuentan con el respaldo militar de Irán. Para los analistas , aunque el buque activó diversas defensas, la proximidad del impacto subraya la capacidad de estas milicias para desafiar tecnologías y capacidades de punta con armamento de bajo costo que poseen.
Desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamas en octubre, los hutíes han intensificado sus ataques en rutas marítimas estratégicas como el estrecho de Bab el-Mandeb y el Golfo de Adén. En estos puntos clave, el USS Eisenhower se encuentra liderando las operaciones de protección para garantizar la seguridad de las embarcaciones civiles y comerciales. Sin embargo, el ataque subraya la amenaza que representan los drones y misiles balísticos utilizados por los hutíes, quienes buscan contrarrestar la influencia estadounidense en la región.
Cabe recalcar que el USS Eisenhower opera junto a un grupo de ataque compuesto por cruceros y destructores equipados con misiles de defensa aérea, además de contar con sistemas propios de autodefensa. Sin embargo, el incidente refleja una vulnerabilidad preocupante: un misil de bajo costo y tecnología rudimentaria estuvo cerca de alcanzar una de las embarcaciones más avanzadas y simbólicas de la Marina de los Estados Unidos. Este hecho plantea dudas sobre la capacidad del país para proteger activos estratégicos frente a amenazas asimétricas.
Implicancias regionales y el futuro
La situación también tiene implicaciones para las estrategias de defensa en el Indo-Pacífico, donde China representa un desafío más complejo. Las vulnerabilidades demostradas en este incidente podrían ser extrapoladas a un posible conflicto con Pekín, donde las capacidades militares son significativamente superiores a las de los hutíes. Esto cuestiona la efectividad de los portaviones como herramientas de disuasión en escenarios contemporáneos.
Finalmente, el mensaje que deja este eventos para los expertos es que el impacto simbólico de un ataque exitoso contra un portaaviones estadounidense sería inmenso, tanto en términos financieros como estratégicos. Además expondría posibles fallas en la seguridad, socavaría la confianza en las capacidades militares de Estados Unidos. Este incidente pone de relieve la necesidad de revisar las estrategias de defensa y fortalecer las medidas de protección frente a amenazas emergentes, independientemente de su origen o nivel tecnológico.
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