El Reino Unido intensificó sus operaciones de vigilancia marítima y aérea para monitorear los movimientos de barcos rusos en cerca de sus aguas territoriales. Según confirmó la Royal Navy, durante la última semana el HMS Iron Duke, junto con el petrolero RFA Tideforce, rastrearon a grupos de trabajo rusos que incluían la fragata Admiral Golovko, considerada una de las más avanzadas de la flota perteneciente a la Armada de Rusia, y otros buques de apoyo.
Las operaciones de vigilancia involucraron una coordinación con países aliados europeos como Noruega, Francia y Países Bajos. La Royal Navy explicó que estas acciones buscan garantizar la protección de las aguas territoriales británicas y salvaguardar la infraestructura crítica frente a posibles amenazas. “Estamos comprometidos a proteger la integridad de nuestras aguas y a monitorear de cerca las actividades de cualquier actor que pueda representar un riesgo”, afirmó el comandante David Armstrong, al frente del HMS Iron Duke, citado por The News.
El despliegue también incluyó helicópteros Wildcat y Merlin, aviones de patrulla P8 Poseidon y el cazaminas HMS Cattistock. Estas unidades mantuvieron un seguimiento constante de las rutas rusas a través del Canal de la Mancha y el Mar del Norte, entregando la vigilancia a fuerzas francesas y holandesas al ingresar a otras jurisdicciones. Además, los aviones de combate de la RAF interceptaron un avión de reconocimiento ruso Bear-F que ingresó en la zona de interés británica sobre el Mar del Norte, aunque nunca violó el espacio aéreo soberano.
Crece la preocupación por la presencia rusa en áreas estratégicas de Reino Unido y Europa
En este sentido, la operación subraya la preocupación del Reino Unido por la creciente presencia militar rusa en áreas estratégicas europeas. Recientemente, el buque ruso Yantar, conocido por sus avanzadas capacidades de inteligencia, también fue detectado merodeando en aguas británicas, específicamente en el Mar de Irlanda, cerca de la Isla de Man.
El Yantar es un buque de inteligencia de la clase Proyecto 22010, operado por la Armada rusa. Equipado con tecnologías avanzadas, su propósito va más allá del simple monitoreo: puede desplegar minisubmarinos capaces de operar a profundidades de hasta 6.000 metros, lo que le permite interactuar con cables de telecomunicaciones, submarinos y otras infraestructuras críticas. Este buque, de 107 metros de eslora, fue observado previamente transitando por el canal de la Mancha, generando preocupación en torno a su posible objetivo de estudiar o interferir en las conexiones submarinas de alta importancia.
El interés de Rusia en infraestructuras críticas no es una novedad. Este tipo de instalaciones representa un pilar esencial para la conectividad global, ya que transportan la gran mayoría del tráfico de Internet y facilitan transacciones financieras diarias por un valor superior a los 10 billones de dólares. Los cables que atraviesan el océano Atlántico y el Mar del Norte han sido señalados como objetivos potencialmente vulnerables para operaciones de sabotaje por parte de Rusia, un tema que preocupa tanto a Estados Unidos como a los países europeos.
Te puede interesar: Preocupación en el Reino Unido por barco espía ruso merodeando infraestructuras submarinas