La Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) concluyó recientemente su 43ª reunión anual en Hobart, con pocos avances en los principales asuntos discutidos. En la reunión se apuntaló contra Rusia y China por amenazar un principio fundamental del Tratado Antártico, luego de que bloquearan la renovación de una medida clave que sustenta la gestión precautoria de la pesca de krill
En el ambiente de la CCRVMA existía un clima de optimismo, principalmente luego del simposio sobre “armonización del krill” celebrado en Incheon, Corea del Sur, en julio de 2024. Principalmente, la esperanza radicaba en que se había alcanzado un acuerdo entre los principales países para alinear los nuevos límites de capturas de krill, estableciendo un área marina protegida (AMP) en la región de la Península Antártica.
Sin embargo, en esta edición no se llegó a ningún acuerdo sobre los nuevos límites de capturas de krill ni sobre el establecimiento de un Área Marina Protegida (AMP) en la Península Antártica. De hecho, China y Rusia bloquearon la renovación de la CM 51-07.
Y esto, ¿qué significa? En pocas palabras, que ahora pueden pescarse 620.000 toneladas de krill en cualquier lugar, incluyendo el AMP de la Península Antártica. Esto se debe a que el voto de ambas potencias descartó la Medida de Conservación (CM) número 51-07, que ampliaba en 2009 la distribución de esa totalidad de toneladas en toda la región, evitando impactos localizados en el ecosistema.
Las medidas de compromiso de la CCRVMA con esas AMP, como la Península Antártica, han sido progresivas a lo largo de los años. Sin embargo, ha sido extremadamente difícil establecer nuevas AMP, ya que cuatro propuestas (inclusive la Antártica) siguen en discusión.
En este punto, China y Rusia tienen un rol fundamental. Pekín, por ejemplo, ha presionado en los últimos años para levantar el límite de captura de 620.000 toneladas de krill. Ya ha construido dos buques de pesca de krill equipados con tecnología de pesca continua altamente eficiente (similar a la desarrollada por Noruega) para respaldar sus intereses de expansión. Al mismo tiempo, Rusia sigue rechazando las pruebas científicas que se utilizan para tomar las decisiones por consenso.
En la actualidad, la reunión concluyó con un retroceso en la política de gestión pesquera precautoria que ha caracterizado a la CCRVMA. Y la postura de China y Rusia de bloquear propuestas sin ofrecer alternativas constructivas, representa un desafío significativo a los principios de consenso y precaución que han guiado a la Convención hasta ahora.
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