La participación de Argentina en la reciente Cumbre del G20 en Río de Janeiro marcó un punto de inflexión en la posición del país frente a las políticas impulsadas por este foro internacional. Por primera vez desde su adhesión, el gobierno argentino, bajo la conducción del presidente Javier Milei, decidió firmar la declaración final de la cumbre con reservas específicas, rechazando aquellas disposiciones relacionadas con la Agenda 2030 de la ONU. El comunicado oficial, difundido por la Oficina del presidente, detalla que Argentina reafirma su compromiso con el diálogo internacional, pero sin aceptar puntos que considere incompatibles con los intereses y valores nacionales.

Los puntos de reserva de la Argentina

Entre los temas objetados por la delegación argentina se destacan la regulación de la libertad de expresión en redes sociales, ciertas propuestas de gobernanza global percibidas como amenazas a la soberanía nacional y las políticas de intervención estatal para combatir el hambre y la pobreza.

El gobierno de Milei sostiene que el modelo actual de intervención estatal ha fracasado en sus intentos por erradicar la pobreza y el hambre, promoviendo en su lugar un esquema basado en la desregulación económica y el fortalecimiento del mercado. En el discurso pronunciado ante sus pares, el mandatario argentino instó a los líderes globales a adoptar políticas que reduzcan el peso del Estado en la economía, argumentando que “el libre mercado ha demostrado ser el mejor camino para generar prosperidad y sacar de la pobreza extrema a millones de personas”.

Las posturas encontradas con Brasil

La posición de Argentina se contrapone marcadamente a la promovida por líderes como Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, quien defendió durante la cumbre la implementación de la Agenda 2030 como un camino clave para abordar la pobreza y el hambre globales. La iniciativa liderada por Brasil, denominada Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, busca movilizar a más de 80 países en acciones concretas para reducir la pobreza extrema hacia el año 2030, mediante la promoción de políticas de asistencia social, producción agrícola sostenible y la alimentación escolar masiva.

En este sentido, Milei expresó su desacuerdo con lo que considera una “imposición de modelos intervencionistas”, señalando que las experiencias previas de Argentina demuestran el fracaso de estas políticas. En su lugar, planteó que la clave para superar la pobreza reside en liberar al mercado y fortalecer el comercio voluntario, una visión alineada con su filosofía liberal. “La historia muestra que cada vez que el Estado interviene de manera excesiva, el resultado ha sido negativo”, afirmó el presidente.

La Alianza Global impulsada por Brasil, si bien no forma parte formal del G20 ni está bajo el paraguas de las Naciones Unidas, ha logrado captar el apoyo de numerosos países y organizaciones internacionales. En su esencia, busca erradicar la pobreza a través de políticas coordinadas que incluyen el fortalecimiento de la agricultura local y la alimentación escolar para millones de niños. Según la FAO, alrededor de 733 millones de personas padecieron hambre en 2023, lo que subraya la urgencia del desafío.

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Redacción
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