El Reino Unido, específicamente la Real Armada Británica, dará de baja múltiples capacidades de defensa como buques, helicópteros y aviones no tripulados militares. La medida, que fue anunciada por el Secretario de Defensa, John Healey, recae en la necesidad de “ahorrar dinero”, hasta unas “500 millones de libras en los próximos cinco años”. Para el titular de la cartera de defensa, se trata de una decisión de “sentido común”, ya que se retirarán equipos “obsoletos”. “Para garantizar que Gran Bretaña se mantenga segura en casa y fuerte en el exterior en un mundo cambiante, la defensa también tiene que hacer cambios. Hay que tomar decisiones difíciles”, puntualizó.
Más allá de la medida, Healey se mostró consciente de las crecientes amenazas al continente europeo, afirmando: “nos enfrentamos a amenazas globales cada vez mayores”. En sus palabras, “la guerra en Europa, la creciente agresión rusa, los conflictos en Medio Oriente y la tecnología están cambiando la naturaleza de la guerra. En consecuencia, la defensa necesita una mayor resistencia y preparación para el futuro”.
Sin embargo, ¿desmantelar múltiples sistemas de armas aún operativos es, efectivamente, la decisión correcta? Para el Ministerio británico sí, ya que es importante darle una “jubilación acelerada” (según palabras del funcionario) a este tipo de equipamiento. Conscientemente, Healey afirmó que esta “no será la última decisión difícil” que tendrá que tomar para “arreglar la herencia de defensa”, teniendo en cuenta que esta medida también fue planteada frente al reciente cambio de gobierno en el Reino Unido.
Entre los sistemas a dar de baja se encuentran los dos buques de la Royal Fleet Auxiliary, el RFA Wave Knight y el RFA Wave Ruler, que son utilizados para el transporte de combustible y suministros para los portaaviones; y los dos buques de asalto anfibio de la Royal Navy, el HMS Albion y el HMS Bulwark, retirados a finales de año y una década antes de lo previsto. Se suma la fragata Tipo 23 HMS Northumberland y una flota de 46 drones Watchkeeper, cada uno de ellos valorado en unos 5 millones de libras. Por último, una flota de 17 helicópteros Puma de la Royal Air Force, junto a 14 de los Chinook más antiguos del ejército.
Sin dudas, muchos de estos equipos están en etapa de retiro, pero no necesariamente desguazarlos sea el mejor camino a seguir. Sin dudas, se trata de una forma de reducir costes en materia de presupuesto, algo que para muchos es favorable; puntualmente, creen que es necesario dar de baja este tipo de sistemas para reducir costes y mantener la capacidad. Pero, ¿qué proyección de poder pueden tener unas Fuerzas Armadas que, a pesar de ser históricamente gigantes, vienen sufriendo recortes presupuestarios desde hace décadas?
La justificación del gobierno británico es simple: la decisión forma parte de un plan de modernización y reestructuración de las Fuerzas Armadas del Reino Unido. Sin embargo, la razón oculta detrás de lo discursivo se basa en que el presupuesto de defensa británico enfrenta serios problemas. Y si bien en países como Argentina el sector de la defensa está acostumbrado a este tipo de recortes, el Reino Unido usualmente se posiciona a sí mismo como una potencia militar y se jacta de sus capacidades superadoras frente a sus adversarios.
Por otro lado, es cierto que los conflictos de la actualidad presentan nuevas dinámicas, exigiendo sistemas de armas modernizados, autónomos y ofensivos para “la guerra moderna”. No obstante, los combates entre Rusia y Ucrania demuestran que tanques, cañones de artillería y helicópteros son también necesarios y capaces de dar pelea, más allá de los tecnológicos drones o plataformas de lanzamiento. Tal vez contar con equipos antiguos es mejor que no tener nada.
Por lo pronto, el gobierno del Reino Unido reiteró su promesa de elevar el presupuesto de defensa al 2,5% a nivel nacional, aunque no hay ninguna fecha fijada ni estimada. Healey confía en que la nueva versión de la Defensa Nacional, que está siendo elaborada por un equipo externo, sea el salvavidas de este barco que se hunde (y sin gastar en exceso, desde ya).
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