Ucrania denunció que Rusia lanzó una campaña de desinformación masiva como parte de una estrategia de “guerra psicológica”. Según la Dirección Principal de Inteligencia de Ucrania, los servicios rusos difundieron falsos mensajes advirtiendo sobre un ataque aéreo inminente y de gran magnitud contra ciudades ucranianas.
Una estrategia de desinformación señalada por Kiev
En un comunicado, la agencia de inteligencia ucraniana calificó las advertencias difundidas como “falsas” y afirmó que contenían errores gramaticales típicos de operaciones de información y propaganda rusa. Los mensajes circulaban a través de redes sociales y aplicaciones de mensajería, generando alarma en un contexto ya marcado por el nerviosismo de la población debido a los persistentes ataques rusos contra objetivos civiles e infraestructuras críticas.
Al mismo tiempo, la capital ucraniana y varias regiones declararon alertas aéreas ante lo que la Fuerza Aérea de Ucrania describió como una amenaza concreta de misiles. La situación llevó a las autoridades a reforzar las recomendaciones para que la población busque refugio.
Estados Unidos cierra su embajada en Kiev
En paralelo, el Departamento de Estado de los Estados Unidos anunció el cierre temporal de su embajada en Kiev tras recibir información sobre un posible ataque aéreo significativo. Según el comunicado oficial, los empleados de la embajada se refugiaron como medida preventiva, mientras se instaba a los ciudadanos estadounidenses en Ucrania a tomar precauciones, incluyendo contar con suministros esenciales ante posibles interrupciones en los servicios básicos.
La decisión estadounidense generó una cadena de reacciones: las embajadas de Italia y Grecia también suspendieron sus operaciones temporalmente, mientras que la de Francia permaneció abierta, aunque pidió cautela a sus ciudadanos.
Escalada tras los ataques con misiles ATACMS
El reciente uso por parte de Ucrania de los misiles estadounidenses ATACMS para atacar un depósito de armas en territorio ruso marcó un hito en la guerra. Este ataque, autorizado por la administración saliente de Joe Biden, ocurrió justo en el día 1.000 de la invasión a gran escala de Rusia a Ucrania. El Kremlin calificó el acto como una escalada grave y reiteró que cualquier ataque a territorio ruso con armas occidentales sería considerado como una implicación directa de la OTAN en el conflicto.
Por su parte, la inteligencia militar ucraniana afirmó que un puesto de mando ruso en Belgorod, cerca de la frontera con Ucrania, fue exitosamente atacado, aunque no especificó los detalles del armamento utilizado, dejando abierta la posibilidad de un segundo uso de los ATACMS.