La Armada de Dinamarca ha confirmado su vigilancia cercana sobre el barco chino Yi Peng 3, actualmente anclado en el estrecho de Kattegat, que conecta Dinamarca y Suecia. Este movimiento coincide con un evento significativo: la rotura de dos cables de telecomunicaciones submarinos en el mar Báltico durante los últimos días.
El buque, que zarpó del puerto ruso de Ust-Luga el pasado 15 de noviembre, ha estado en áreas cercanas a los lugares donde ocurrieron los cortes. Sin embargo, el ejército danés, a pesar de sus declaraciones en redes sociales, evitó vincular directamente al Yi Peng 3 con los incidentes o explicar los motivos de su supervisión.
Ambas roturas tuvieron lugar en zonas económicas exclusivas de Suecia, lo que llevó a las autoridades suecas a abrir una investigación preliminar bajo sospecha de sabotaje.
El ministro sueco de Defensa Civil, Carl-Oskar Bohlin, indicó que los movimientos de barcos detectados por las fuerzas armadas y la guardia costera coinciden con el momento y lugar de los daños. Estas observaciones han suscitado inquietud en la región, dada la creciente preocupación por posibles ataques híbridos que afectarían infraestructura crítica.
Respuestas internacionales y especulaciones
El portavoz del gobierno chino respondió rápidamente, subrayando el compromiso de su país con la protección de la infraestructura submarina y destacando la importancia de cumplir con las normativas internacionales. Por su parte, el Kremlin rechazó cualquier insinuación de implicación rusa en los daños, calificándolas de “absurdas” y carentes de pruebas, según declaraciones de Dmitry Peskov, portavoz del gobierno ruso.
Mientras tanto, los gobiernos europeos han señalado a Rusia como responsable de intensificar ataques híbridos contra aliados occidentales de Ucrania, aunque no han acusado directamente al Kremlin de sabotear los cables.
El caso refleja los crecientes riesgos que enfrentan las redes críticas en Europa del Norte. La protección de cables submarinos, fundamentales para la conectividad y el flujo de datos, se convierte en una prioridad estratégica en un momento de tensiones globales. La vigilancia del Yi Peng 3 y la rápida reacción de los gobiernos involucrados son muestras de una creciente preocupación por la seguridad marítima en el Báltico.
El desenlace de las investigaciones será clave para entender si este incidente es parte de un patrón de amenazas o un evento aislado, y si las tensiones en la región escalarán aún más.
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Fuente: Business Live