En medio de conversaciones para alcanzar un alto al fuego, la violencia entre Israel y Hezbolá se intensificó en los últimos días. El domingo pasado, el grupo libanés disparó más de 250 cohetes hacia Israel, según informaron autoridades israelíes, en su mayoría dirigidos a Tel Aviv. En respuesta, las fuerzas israelíes atacaron posiciones de Hezbolá en Beirut y emitieron órdenes de evacuación en la capital libanesa.
Aunque no se reportaron víctimas fatales en estos enfrentamientos, decenas de personas resultaron heridas. El lunes, el ejército israelí informó haber atacado al menos 25 objetivos de Hezbolá en todo el territorio libanés. Al mismo tiempo, las sirenas de alerta sonaron en el norte de Israel debido a posibles proyectiles lanzados por el grupo chiita.
Negociaciones por un alto al fuego histórico
Estados Unidos y Francia lideran los esfuerzos diplomáticos para alcanzar un acuerdo que ponga fin a los enfrentamientos. Según John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE. UU., las partes están “cerca” de llegar a un pacto, aunque aún quedan puntos por resolver. Por su parte, el viceportavoz del Parlamento libanés, Elias Bou Saab, afirmó que no existen “obstáculos serios” para el cese de hostilidades, salvo un cambio de postura de último minuto por parte del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
El acuerdo propuesto contempla una tregua inicial de 60 días y la retirada de las fuerzas israelíes del sur del Líbano. También incluye el fin de la presencia de Hezbolá al sur del río Litani, aproximadamente a 30 kilómetros de la frontera con Israel. En el área desmilitarizada, el ejército libanés aumentaría su presencia para garantizar la seguridad, respaldado por una comisión internacional presidida por Estados Unidos y con Francia como miembro destacado.
Obstáculos internos y presiones políticas
A pesar de los avances diplomáticos, las tensiones internas en Israel podrían complicar la implementación del acuerdo. El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, ha expresado su oposición al pacto, calificándolo de “grave error”. Según Ben-Gvir, Israel debería aprovechar esta “oportunidad histórica” para derrotar militarmente a Hezbolá.
Otro punto de discusión ha sido la posibilidad de que Israel pueda reingresar al Líbano si considera que Hezbolá viola los términos del cese al fuego. Esta cláusula, inicialmente rechazada por el gobierno libanés y Hezbolá, parece haber sido aceptada tras la mediación de Amos Hochstein, enviado especial de EE. UU.
Impacto humanitario y contexto regional
Desde el inicio de las hostilidades en octubre de 2023, más de 3.750 personas han muerto en el Líbano y al menos 15.600 han resultado heridas, según cifras oficiales. Además, más de un millón de personas han sido desplazadas de sus hogares debido a los bombardeos. En Israel, los ataques han provocado daños significativos en infraestructuras y heridos en localidades del norte y el centro del país, incluyendo áreas cercanas a Tel Aviv.
El acuerdo también contempla la aplicación de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que exige la retirada de combatientes y armas de Hezbolá de las zonas entre la línea azul fronteriza y el río Litani. Sin embargo, Israel ha argumentado que esta resolución nunca fue plenamente respetada, mientras que el Líbano ha denunciado violaciones israelíes, como sobrevuelos militares en su territorio.
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