China intensifica sus preparativos ante un escenario de posibles sanciones internacionales, tomando como modelo el caso de Rusia tras la invasión a Ucrania en 2022. Pekín envió funcionarios a Moscú para analizar de cerca cómo las restricciones occidentales han afectado a la economía rusa, en un esfuerzo por blindarse frente a un eventual conflicto en Taiwán.
Preparativos con lecciones rusas
Tras el inicio del conflicto en Ucrania, China formó un grupo de trabajo para evaluar las consecuencias de las sanciones en Rusia. Este equipo ha estudiado los impactos en sectores clave, desde el financiero hasta el industrial, con visitas a instituciones como el Banco Central de Rusia y el Ministerio de Finanzas. La estrategia es clara: aprender de los errores y aciertos rusos para diseñar un plan de contención ante posibles sanciones.
El interés chino se centra en minimizar los riesgos económicos y políticos. Alexander Gabuev, del Carnegie Russia Eurasia Centre, calificó a Rusia como un “laboratorio” que ofrece lecciones valiosas sobre la gestión de sanciones.
Blindaje financiero y diversificación
La mayor preocupación de China son sus reservas de divisas, valoradas en 3,3 billones de dólares, y los activos bancarios chinos en el extranjero, que alcanzan los 3,7 billones de dólares. En caso de sanciones, estas reservas estarían en peligro. Por ello, Pekín avanza en su estrategia de diversificación de activos y reducción de la dependencia del dólar, similar a la desdolarización que implementó Rusia antes de 2022.
La creciente cooperación entre China y Rusia se refleja no solo en intercambios económicos y militares, sino también en el respaldo tecnológico y logístico que empresas chinas han proporcionado a Moscú durante el conflicto en Ucrania. Este acercamiento estratégico busca fortalecer a ambas naciones frente a presiones internacionales.
Occidente advierte sobre el peso de las sanciones
A pesar de los esfuerzos chinos, expertos alertan sobre la eficacia de las sanciones coordinadas por Occidente. Agathe Demarais, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, destacó que las sanciones pueden ser devastadoras cuando se aplican rápidamente. Pekín intenta blindarse, pero la amenaza de un bloqueo financiero masivo sigue latente.
La situación en Taiwán mantiene en alerta a la comunidad internacional. Durante una visita reciente a Estados Unidos, el presidente taiwanés, Lai Ching-te, instó a prevenir cualquier conflicto en la región, afirmando: “La paz no tiene precio, y la guerra no tiene vencedores”. Mientras tanto, China prometió “contramedidas resueltas” tras la aprobación de un nuevo paquete de armas estadounidenses para la isla.
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