Las tensiones diplomáticas entre China, Paraguay y Taiwán han alcanzado un punto crítico esta semana, luego de que Asunción cancelara la visa de cortesía otorgada a Xu Wei, ministro consejero de Relaciones Exteriores de China para América Latina. Los motivos recaen en que el funcionario chino se presentó en el Congreso Nacional de Paraguay e intentara socavar el vínculo del país con Taiwán.
La visita de Xu Wei al Congreso paraguayo, donde se reunió con legisladores y el presidente del Congreso, Basilio Núñez, fue vista como una intromisión en los asuntos internos del país. Principalmente porque, durante su intervención, el funcionario insistió en que Paraguay debía “optar” entre China y Taiwán, subrayando que no era posible mantener relaciones diplomáticas con ambos.
En respuesta, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Paraguay emitió un comunicado en el que anunció la cancelación de la visa de Xu Wei y le dio un plazo de 24 horas para abandonar el país. La Cancillería justificó la medida alegando que el diplomático chino había “excedido los límites de su visita oficial”, intentando influir en la política exterior de Paraguay. Reacción similar tuvo la embajada de Taiwán en Asunción, acusando a Xu Wei de infiltrado.
Cabe destacar que la visita de Xu Wei a Paraguay formaba parte de la comitiva china que asistía a la 19° Sesión del Comité Intergubernamental por la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco. No obstante, las declaraciones realizadas en el Congreso no estaban dentro del plan original de la visita al país sudamericano.
Y si bien el triángulo diplomático China-Taiwán-Paraguay no es algo nuevo, el reciente incidente demuestra que la situación ha alcanzado un nuevo punto crítico. No solo la presencia de China y su influencia en América Latina es cada vez mayor, sino que Paraguay es el único país de la región que mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán, vínculo que lleva más de seis décadas.
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