La decisión de Rusia de evacuar activos navales de su base en Tartus, Siria, revela cómo sus conflictos externos están interrelacionados, aseguran expertos. La retirada de importantes buques, como el buque de reabastecimiento Yelnya, sugiere que Moscú enfrenta crecientes limitaciones militares y estratégicas, intensificadas por la guerra en Ucrania y el avance de las fuerzas opositoras hacia Damasco.

Fuente: X/@MT_Anderson

La base de Tartus, establecida en 1971, fue un pilar de la presencia rusa en el Mediterráneo oriental. Su importancia creció durante la guerra civil siria y tras la invasión rusa de Ucrania en 2022, cuando se convirtió en un punto de apoyo crucial para contrarrestar a la OTAN y apoyar las operaciones navales rusas en el Mar Negro. Sin embargo, la creciente presión sobre el régimen de Bashar al-Assad generó incertidumbre sobre el futuro de esta instalación estratégica.

Según imágenes satelitales y reportes de Naval News, la evacuación incluye fragatas de clase Gorshkov, un submarino Improved-Kilo y buques de apoyo. Este movimiento podría ser una anticipación de amenazas mayores a la base, ya que las fuerzas opositoras buscan cortar las líneas de suministro y aislar las posiciones rusas en la costa siria. HISutton, analista naval, considera probable que estos buques busquen refugio temporal en puertos de Argelia o Libia.

Flotilla rusa del Mar Mediterráneo en el puerto sirio de Tartus el 30 de noviembre de 2024, antes de partir probablemente el 2 de diciembre, incluidas dos fragatas de la clase Gorshkov, la Almirante Grigorovich, el submarino Novorossiysk de la clase Kilo y los petroleros Yelnya y Vyazma. Fuente: X/@MT_Anderson

El acceso limitado al Mar Negro, bloqueado por Turquía en virtud de la Convención de Montreux, también agrava las dificultades de Rusia para mantener su fuerza naval en el Mediterráneo. Según The Telegraph, el Kremlin enfrenta una disyuntiva estratégica: seguir priorizando la guerra en Ucrania o negociar una salida que le permita recuperar el acceso marítimo y mantener su influencia en la región mediterránea.

Esta reconfiguración refleja la interacción entre ambos conflictos. Por un lado, las tensiones en Siria distraen recursos rusos críticos que podrían ser destinados al frente ucraniano. Por otro, la prolongación de la guerra en Ucrania limita la capacidad de Moscú para apoyar a Assad y mantener su presencia militar en el Mediterráneo oriental.

Fuente: EUROMAIDAN

Redacción
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