Este martes 10 de diciembre marca un año desde la asunción de Javier Milei como presidente de Argentina. Uno de los principales enfoques del gobierno se ha centrado en la relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y con la República Popular China, siendo estos dos actores las principales fuentes de financiamiento del país, y de los cuales Milei necesita para liberar el cepo cambiario. Ya a un año de gestión, ¿cuáles fueron los avances del gobierno argentino con el FMI y China para estabilizar la economía?
El respaldo del FMI hacia el primer superávit fiscal en 16 años
En enero de este año, a tan solo un mes de haber asumido en la Casa Rosada, el gobierno de Javier Milei obtuvo un desembolso inmediato de USD 4.700 millones por parte del FMI luego de que Directorio Ejecutivo del organismo concluyera la séptima revisión del acuerdo en el marco del Extended Fund Facility o Servicio Ampliado del FMI. Siendo el equilibrio fiscal el pilar más importante de la gestión económica de Milei, el último desembolso forma parte del programa centrado en alcanzar un superávit fiscal primario del 2% del PIB, para entonces acumular reservas y frenar la tasa de inflación que venía en aumento desde la anterior administración de Alberto Fernández. Con esto, los desembolsos totales en el marco del acuerdo ascendieron a aproximadamente USD 40.600 millones.
En marzo, Rodrigo Valdés, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, destacó los avances en variables como la acumulación de reservas y el notable control de la inflación, que luego de mucho tiempo comenzó a bajar. No obstante, Valdés subrayó la importancia de no desproporcionar el impacto del ajuste sobre las familias trabajadoras, siendo un pedido indirecto hacia el gobierno de Milei de que el plan a ejecutar contemple el impacto social.
Un mes más tarde, el Banco Central cerró un saldo de USD 27.575 millones, respaldado por compras récord en el mercado cambiario por USD 3.448 millones. Y si enfrentó un pago de vencimientos al FMI por USD 1.936 millones, que parecía complicar el cumplimiento de las metas de acumulación de divisas, en el mes de mayo una comitiva técnica del FMI destacó que Argentina había sobrecumplido todas las metas cuantitativas en el marco del programa, lo cual habilitó el acceso del país a nuevos fondos.
Ante esto, el equipo del FMI, encabezado por el subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental, Luis Cubeddu, y el Jefe de la Misión para Argentina, Ashvin Ahuja, emitió un comunicado en el que felicitaban al gobierno argentino por alcanzar el primer superávit fiscal trimestral en 16 años, acentuar la rápida caída de la inflación y lograr la reducción del riesgo soberano.
Nuevos desembolsos y sobrecumplimiento de las metas
Para el 13 de junio, el FMI concluyó la octava revisión del acuerdo y, al igual que en el mes de enero, habilitó un nuevo desembolso de USD 800 millones con el objetivo de apoyar los esfuerzos de las autoridades por afianzar el proceso de desinflación, reconstruir las reservas fiscales y externas y apuntalar la recuperación. Además, el Directorio Ejecutivo consideró que el programa estaba firmemente encaminado, con todas las metas cuantitativas de rendimiento hasta finales de marzo de 2024 sobre cumplidas.
Para agosto, el impacto acumulado de estas medidas fiscales y monetarias se reflejó en un superávit primario acumulado de $8,7 billones, superando en casi un billón de pesos la meta establecida por el FMI, un resultado que consolidó la percepción de estabilidad fiscal.
En septiembre, el esquema de metas del EFF llegó a su fin luego de 2 años y medio. Cabe destacar que durante su vigencia, el programa permitió cubrir los vencimientos del acuerdo Stand-By de 2018, aunque dejó un horizonte de deuda de USD 45.000 millones a ser saldado entre 2026 y 2032. Ante esto, el gobierno argentino inició nuevas rondas de negociaciones con el FMI para asegurar el respaldo financiero necesario para cumplir la meta de eliminar el cepo cambiario, una de las principales promesas de campaña de Milei.
Hacia un nuevo programa del FMI y el apoyo de Donald Trump
De esta manera, en el mes de octubre comenzaron a discutirse las condiciones para un nuevo programa que incluyera un desembolso adicional de USD 11.000 millones, destinado a reforzar las arcas del país y avanzar hacia el mencionado objetivo, y a la protección social.Al respecto, desde el gobierno libertario plantearon que el levantamiento del cepo depende de asegurar financiamiento externo suficiente para garantizar una transición ordenada. Sin embargo, cualquier nuevo acuerdo enfrenta desafíos políticos internos, ya que su aprobación deberá pasar por el Congreso, donde el oficialismo aún no cuenta con mayoría.
En noviembre, el gobierno de Milei comenzó a explorar un nuevo acuerdo con el FMI, buscando consolidar los resultados del programa económico. En este contexto, el presidente Milei y Kristalina Georgieva, Directora Gerente del FMI, se reunieron en el G7 para discutir este posible acuerdo, con el que el gobierno espera recibir apoyo adicional.
Ya en diciembre, una nueva misión argentina, encabezada por el viceministro de Economía José Luis Daza, el secretario de Finanzas Pablo Quirno y el vicepresidente del Banco Central Vladímir Werning, se encuentra en Washington D.C. para mantener conversaciones con el FMI y así definir los términos de un nuevo programa.
A pesar de las dificultades políticas internas, el gobierno confía en que la relación con la futura administración de Donald Trump podría influir positivamente en las negociaciones. La expectativa es que la administración republicana respalde el acuerdo con el FMI, lo que podría facilitar la obtención de los recursos necesarios para cumplir con los objetivos económicos de Argentina.
Milei renueva el swap con China y corrige incumplimientos pasados
Por otra parte, durante su primer año de gestión, el gobierno de Javier Milei también estuvo centrado en el swap de monedas con China, el cual resultó ser una herramienta clave y complementaria a los apoyos del FMI para sostener la balanza de pagos y aliviar presiones sobre las reservas del Banco Central.
El swap con el Banco Popular de China (BPCh), originalmente acordado en 2009 y renovado en varias ocasiones, representó el 65% de las reservas brutas al cierre de enero de 2024, equivalentes a USD 18.138 millones. Durante este año, el BCRA utilizó USD 4.900 millones del tramo activado para financiar importaciones y así cumplir con vencimientos de deuda que habían sido incumplidos durante la gestión del ex ministro de Economía, Sergio Massa. Además, la activación también se utilizó para completar pagos de USD 900 millones a bonistas privados y USD 1.000 millones al FMI en junio.
Para el mes de junio, el gobierno argentino logró renovar la totalidad del tramo activado del swap por RMB 35.000 millones (equivalente a USD 5.000 millones) por un plazo de 12 meses, asegurando su disponibilidad hasta 2026. Al respecto, resulta fundamental comentar que dicha renovación fue crucial para administrar los flujos de balanza de pagos, especialmente en un contexto de reservas netas negativas que, al 31 de enero, alcanzaban los USD 4.294 millones.
El giro hacia el pragmatismo en la relación con China
De esta manera, la administración de Javier Milei rápidamente adoptó un enfoque pragmático al gestionar el vínculo con China, a pesar de que durante la campaña electoral Milei había afirmado que no haría “negocios con comunistas”. La renovación del swap fue acompañada por la decisión de no activar el segundo tramo del acuerdo, equivalente a USD 6.500 millones, acordado por la administración anterior. Según fuentes del BCRA, la prioridad fue refinanciar los vencimientos del tramo activado, evitando intereses adicionales y reduciendo la presión sobre las reservas.
El carácter confidencial del acuerdo con China limita el acceso a detalles como la tasa de interés precisa, aunque se estima que ronda el 3 puntos porcentuales por encima de la tasa Shibor. Con el tramo activado renovado hasta 2026, el swap con China seguirá siendo una pieza fundamental en la estrategia económica de Argentina.
En un escenario donde la eliminación del cepo cambiario y la consolidación de las reservas son objetivos prioritarios, un nuevo programa con el FMI y la renovación del swap se presentan como recursos indispensables para sostener la recuperación económica y avanzar hacia un régimen monetario estable.
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