Argentina ostenta al día de la fehca un riesgo país cerca de los 700 puntos, se redujo el monto de reservas netas negativas, baja de la inflación a 2,7% mensual, superávits gemelos, paridad entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, como también la (segunda) firma del acuerdo MERCOSUR-UE. El optimismo abunda en el gobierno nacional y varios analistas económicos. Estos resultados marcan el 2024 del gobierno argentino. Con un plan gradualista, pero con un fuerte ajuste fiscal y monetario, el frente externo es clave para comprender la situación actual y el futuro del plan económico de Argentina, tanto sus oportunidades como amenazas, sus beneficiados y perjudicados. Antes de repasar la coyuntura externa, analizaremos las principales medidas implementadas a nivel interno y sus impactos.
Las medidas internas y sus resultados
No buscaremos hacer un análisis pormenorizado de las medidas económicas con los instrumentos internos, pero sí entender 2 resultados clave: el superávit fiscal primario y la baja inflacionaria. El mayor eje de la campaña de Milei fue bajar la inflación, en octubre el número fue de 2,7% mensual. Al asumir, la inflación fue del 25%. Por medio de una gran desregulación con el Decreto de Necesidad y Urgencia firmado en diciembre, sumado a la Ley Bases aprobada en julio, el gobierno tuvo las herramientas para reducir el índice de inflación. Por otro lado, la mayor disponibilidad de divisas permitió fortalecer la moneda y reducir las expectativas devaluatorias del mercado.
La búsqueda de desregular la economía y reducir la intervención del Estado (donde luego apareció la figura de Sturzenegger) implicó avanzar con el ajuste fiscal y presupuestario. La coordinación entre el Ministro Caputo y Bausili, presidente del BCRA, implicó eliminar la emisión monetaria para financiar el gasto público. Si analizamos al resto de actores económicos, los sueldos de empleados públicos, las jubilaciones y las transferencias a las provincias fueron menores a la inflación, y fueron afectados por el plan económico. El gran ajuste, con importantes impactos sociales, lo recibieron los adultos mayores cuya jubilación se ajusta en montos menores a la inflación mensual. Se redujeron los subsidios a la energía, las prestaciones sociales y muchos proyectos de infraestructura fueron frenados. Por otro lado, en finanzas el gobierno bajó las tasas de interés (aunque se mantuvieron encima de la inflación) y devaluó el peso a inicios de la gestión, permitiendo “licuar” parte de los pasivos que debía pagar. Estas medidas en su conjunto permitieron reducir el gasto a través de los instrumentos de política económica.
Como resultado del conjunto de políticas, el tipo de cambio se apreció. De tener en cuenta la inflación desde diciembre, según especialistas como Álvarez Agis, el dólar debería rondar los 3000 pesos. Esto generó que seamos caros en dólares, y los extranjeros al visitar el país lo notan. La reducción de la brecha cambiaria, y las tasas por encima de la inflación genera mayor demanda de pesos. Por otro lado, esto genera que al generar gastos en el extranjero (dependiendo el medio), notemos que la situación no empeoró respecto a meses pasados. La apreciación cambiaria, junto a la liberalización en las importaciones de ciertos bienes de consumo, buscó influir a la baja la inflación de productos nacionales. Para las empresas extranjeras, Argentina tiene un mercado cautivo importante.
De momento, el Tesoro parece tener los más de USD 4000 millones para enfrentar el pago de sus pasivos en enero, una de las grandes pruebas que miran los inversores. Además, de acompañar una buena cosecha y mejora en las exportaciones energéticas, también contará con los fondos para pagar a mitad del 2025. Desde el punto de vista de las inversiones extranjeras, el Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones (RIGI) brinda un panorama positivo en términos de divisas del sector energético. Sin embargo, la lluvia de dólares se hace esperar, en parte debido al costo que tiene el país debido a la apreciación real del peso. Hasta el momento, se contabilizan 6 solicitudes de proyectos por casi USD 8000 millones. Para 2025, se evalúan otros 10 proyectos en el sector energético, según mencionaron autoridades a la prensa.
Comercio exterior y el acuerdo Mercosur-UE
La política comercial externa es uno de los grandes instrumentos del Ministro de Economía de Milei. Las inversiones y el superávit comercial son la base del presupuesto 2025, y piedra base para dejar el cepo de lado. Desde una perspectiva burocrática, Mondino a lo largo de su gestión fue perdiendo poder en las Relaciones Económicas Internacionales. Al final de su mandato, Caputo posicionó a sus aliados dentro de la Cancillería para que se alineen con su planificación económica. Recientemente, Caputo mencionó que su plan es gradualista. Y pese al rupturismo retórico, político y de alianzas a nivel global que ejecuta el gobierno nacional, cuando analizamos los socios comerciales encontraremos sorpresas importantes.
Según el INDEC, el saldo comercial desde enero hasta octubre fue positivo por USD 15.955 millones. Las exportaciones aumentaron un 16,9% interanual, con un monto de USD 66.154 acumulados durante los 10 meses del año. El gobierno logró durante 2024 el superávit gemelo, logrando reactivar las importaciones a niveles pre-2023.
Lula y China. Los dos principales rivales retóricos del gobierno se llevan el primer puesto en exportaciones e importaciones. En tercer lugar, figuran los EE UU, con quienes se manifestó el interés de negociar un acuerdo de libre comercio.Un punto a destacar es la relevancia del Cono Sur en las exportaciones regionales. Brasil, Chile y Paraguay se encuentran entre los principales destinos sudamericanos. No figura en el gráfico, pero en el informe sobre el Intercambio comercial argentino de octubre de 2024, Uruguay ocupa el 10mo lugar.
La relación con Brasil atraviesa un momento político difícil, pero los intercambios comerciales no se hacen eco de los encontronazos a nivel presidencial. Es el primer socio comercial del país, un sexto de las exportaciones tienen destino brasileó, y durante el G20 se firmaron acuerdos para la exportación argentina desde Vaca Muerta. Con la devaluación del real y la apreciación del peso, al equipo económico de Lula da Silva le agrada el statu quo en la relación bilateral.
En cuanto a China, el presidente Milei estableció su doctrina de diferencias políticas con intereses comerciales respecto a Xi Jinping. Ya son de público conocimiento las declaraciones del presidente respecto a la República Popular China, pero en los últimos meses manifestó cercanías orientadas a fortalecer los vínculos comerciales. En ningún momento buscó tender puentes en sus cosmovisiones políticas, pero la necesidad de exportar y posiblemente recibir inversiones en el sector energético implicó que se deba formalizar los vínculos comerciales. Esta dinámica se está replicando con Brasil (simpatía comercial) y Lula (diferencias ideológicas).
Durante la Cumbre de Montevideo se produjo la firma, nuevamente, del acuerdo MERCOSUR-UE. Luego de 5 años sin lograr avances sustanciales, y con nuevos temas en la agenda, los gobiernos del bloque volvieron sobre sus pasos para incluir nuevos temas de la agenda internacional. Es un acuerdo clave para la estrategia económica, ya que, dadas una serie de variables, permitiría posicionar productos competitivos del MERCOSUR en el mercado europeo, y aliviar el costo de insumos para la producción con proveedores más competitivos o en nichos donde no se cuenta con productos regionales.
Desde la perspectiva del gobierno nacional, cualquier acuerdo es bienvenido. Pero las dificultades que atravesará su ratificación hace que pierda factibilidad. El problema aquí es que tal vez hoy se cuenta con impulso para lograr la firma, pero la ratificación es un proceso engorroso, y que requiere de más de 30 Parlamentos entre el Mercosur y la UE que den el sí para su propio país, al ser un acuerdo mixto. La búsqueda de alternativas, como la posibilidad de firmar acuerdos bilaterales sin abandonar el MERCOSUR, ya fueron planteadas por el gobierno argentino. Es más, será una de sus prioridades durante la Presidencia Pro-Témpore del bloque.
El Fondo: renegociación y tensiones
La relación con el FMI tuvo sus idas y vueltas. Respecto a los cortocircuitos, desde el gobierno se criticó a funcionarios del FMI y su funcionamiento debido a la necesidad de que se realicen las evaluaciones pendientes. Respecto al primer punto, el gobierno de Milei criticó al Director del Hemisferio Occidental, el chileno Rodrigo Valdés. Posteriormente, el FMI cambió al encargado de negociar con el gobierno argentino.
Hasta la fecha, quedan 2 revisiones técnicas con el FMI. La primera evalúa los objetivos logrados hasta junio. Los mismos consideran la recaudación de reservas y el logro del superávit fiscal. Técnicamente según el gobierno nacional los objetivos se lograron, pero queda una segunda revisión. La otra revisión pendiente evalúa las reservas. Según los datos oficiales, el gobierno no logró cumplir los objetivos y está por debajo de USD 2000 millones en reservas. Este punto no logra avanzar el desembolso de los últimos USD 1000 millones del acuerdo de Facilidades Extendidas (EFF).
La perspectiva hacia 2025 ofrece un escenario optimista, ¿el motivo? Donald Trump. Con el cambio de signo político en los EE UU, la perspectiva de lograr un nuevo acuerdo con el FMI, y con varias de las metas cumplidas durante un 2024 difícil, ponen sobre la mesa la capacidad argentina de recibir financiamiento externo. Las expectativas del gobierno es que haya un nuevo desembolso en el segundo trimestre del 2025, por un monto cercano a los USD 15.000 millones.
La variable que genera preocupación en el gobierno son las reservas netas (el resultado de descontar los pasivos a los activos que cuenta el BCRA). Si bien se recaudaron más de USD 6000 millones en reservas, el número sigue siendo negativo. En caso de recibir ese desembolso, el gobierno tendrá mayor fortaleza para salir del cepo cambiario y corregir cualquier salto en la cotización del dólar.
Algunas notas sobre el pasado y el futuro
Durante su primer año de gestión, el gobierno redujo la inflación, logró el superávit fiscal primario y comercial, como también acumular reservas internacionales. Como puntos a reconsiderar, el ajuste sobre las jubilaciones impactó a un sector sensible del país. Desde el punto de vista productivo, y principalmente el industrial, la recuperación económica le está costando hacerse notar. Este elemento no es menor, ya que impacta en el día a día de los ciudadanos, que en 2025 irán a las urnas.
El peso del ajuste que recayó sobre las cuentas provinciales, los jubilados, el Estado nacional (incluyendo el sistema científico-tecnológico) no puede ser soportado por siempre. La reactivación de la economía, y un panorama más claro sobre el rumbo a seguir en ciencia y tecnología son aspectos clave para que los números positivos en las cuentas se trasladen al día a día de la mayor parte de la población argentina.
La visión de las grandes empresas y los bancos de inversión internacionales son positivas, por ello aumentó casi un 100% el Merval y se redujo el riesgo país. El plan económico requiere de mayor liberalización comercial y financiera para disponer de divisas y cumplir con las metas del FMI para el acuerdo negociado en 2022. Las reservas netas hoy son la mancha en el plan económico, ya que son uno de los puntos con el FMI que no se lograron cumplir las metas. El foco a futuro estará en el tipo de cambio administrado y la simplificación de las restricciones cambiarias. De esa manera, mejorará el incentivo a las inversiones por fuera del RIGI. Las reuniones que mantuvo Milei durante sus viajes con fondos de inversión, como también sus voceros, darán sus frutos si se avanza en desregular el sector financiero.
El optimismo trumpista y nuevos desembolsos del FMI e inversores extranjeros durante el año que viene permitirían al gobierno liberar el cepo y sanear la economía. Las reservas netas del BCRA siguen siendo negativas. Al asumir Milei, las reservas netas negativas eran cercanas a los -USD 12.000. Hoy el monto ronda los -USD 7000. Aquí está uno de los grandes desafíos para el 2025, como también la recuperación económica y social con una inflación controlada.
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