De acuerdo con diversos informes de medios europeos y rusos difundidos por el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), Rusia habría probado cortar el acceso a internet a nivel global de algunas regiones del país durante un día completo.
Rusia busca aislar a regiones del país cortando el acceso a internet
La entidad rusa responsable de las comunicaciones, Roskomnadzor, restringió el acceso de los habitantes de Daguestán, Chechenia e Ingushetia, regiones con mayoría musulmana, según señala ISW. Estas zonas están ubicadas en el suroeste de Rusia, cerca de las fronteras con Georgia y Azerbaiyán. En esas regiones, los residentes no pudieron ingresar a plataformas como Google, YouTube, Telegram o WhatsApp, ni tampoco a otros sitios web o aplicaciones extranjeras, incluso al intentar usar VPN, según reportó un medio de noticias local ruso.
La organización rusa de derechos digitales Roskomsvoboda informó a TechRadar que, aunque la mayoría de las VPN dejaron de funcionar durante el bloqueo, algunas lograron mantenerse operativas. No obstante, no se conoce con certeza cuáles fueron ni cuántas de ellas lograron sortear las restricciones. Rusia ha intensificado recientemente los esfuerzos para bloquear el uso de VPN de manera más amplia. Además, Apple ha contribuido a este control eliminando aplicaciones de VPN de su App Store en Rusia. Según la agencia de noticias rusa Interfax, actualmente al menos 197 servicios de VPN están bloqueados en el país.
Estos bloqueos parciales de Internet forman parte de las pruebas de Rusia para implementar una “Internet soberana”, que el gobierno pueda controlar por completo. Durante este año, ya se han realizado ensayos para restringir o ralentizar sitios como YouTube, reduciendo tanto la velocidad que terminan siendo prácticamente inutilizables. Según reportes, Rusia ha invertido 648 millones de dólares en el desarrollo de su propia infraestructura de Internet nacional y en tecnologías que faciliten las restricciones, proyecto que habría comenzado al menos desde 2019.
El efecto de la guerra en Ucrania y las sanciones estadounidenses
En el futuro, es posible que Rusia también restrinja el acceso a servicios extranjeros como Amazon Web Services (AWS), HostGator y otros proveedores de alojamiento web, según el ISW. Asimismo, podría obligar tanto a ciudadanos como a empresas a migrar a plataformas de propiedad rusa para asegurar el cumplimiento de sus regulaciones internas.
Por otro lado, en septiembre, plataformas como Wix y Notion notificaron a los usuarios rusos que debían dejar de utilizar sus servicios debido a sanciones impuestas por Estados Unidos. En 2022, tras la invasión rusa a Ucrania, el registrador de dominios GoDaddy calificó la guerra de “horrible”, dejó de operar dominios rusos, abandonó el uso de la moneda local y destinó 500.000 dólares para apoyar a Ucrania. Estas restricciones y desconexiones han contribuido a una creciente fragmentación de Internet, tendencia que parece consolidarse.
China es otro ejemplo destacado de censura en Internet. Conocido como el “Gran Cortafuegos” por analogía con la Gran Muralla China, el control de acceso en ese país lleva más de una década implementado, aunque sus esfuerzos de censura digital comenzaron en 1998 con el proyecto “Escudo Dorado”.
¿Acaso busca Rusia implementar el mismo control que China?
En los últimos años, China ha censurado desde palabras clave hasta caracteres individuales considerados inadecuados, y ha restringido plataformas de transmisión como Zoom y otras aplicaciones extranjeras. Sin embargo, no está claro si las políticas de censura de Rusia llegarán a replicar el nivel de control establecido en China.
Las redes privadas virtuales (VPN) permiten a los usuarios sortear ciertas restricciones geográficas al simular que están en otro país. Sin embargo, no son una solución infalible, ya que también pueden ser bloqueadas. Los proveedores de Internet pueden detectar el uso de VPN y restringir el acceso a ciertos sitios en determinadas circunstancias.
Incluso en países como Estados Unidos, plataformas como Netflix y algunos sitios de compras han implementado restricciones globales a usuarios de VPN, identificando si una dirección IP pertenece a un proveedor de estos servicios o si su ubicación no coincide con la del proveedor de Internet del usuario.
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