Elon Musk comenzó a trazar un plan ambicioso desde su nuevo rol en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) de Estados Unidos, creado por el presidente electo, Donald Trump. Como se dio en el caso de Argentina con la “Ley Bases” de Javier Milei, Musk busca una reforma en el país norteamericano que incluye, entre otras cuestiones, recortar un 30% del presupuesto federal.
En este sentido, el empresario recurrió a su red social X para hacer público el documento que presentará. Además de los recortes presupuestarios, Musk aboga por medidas como el regreso obligatorio a la oficina para los empleados federales, anticipando renuncias masivas. Sus propuestas también incluyen la eliminación de agencias enteras y el despido de figuras como Lina Khan, presidenta saliente de la Comisión Federal de Comercio, conocida por investigar las prácticas de privacidad en X.
El impacto de su influencia podría extenderse también al sector espacial de Estados Unidos, donde SpaceX ya juega un papel clave. Jared Isaacman, socio de Musk y primer civil en liderar una caminata espacial, fue propuesto por Trump para dirigir la NASA. Sin embargo, expertos como Raúl Torres, de PLD Space, anticipan que este movimiento consolidaría a Musk como un “jefe en la sombra” de la agencia espacial, priorizando sus intereses comerciales sobre los objetivos científicos.
La influencia de Musk en la política de Estados Unidos genera incertidumbre
Siguiendo esta línea, Pedro Duque, exastronauta y presidente de Hispasat, advirtió sobre una posible desregulación extrema en el uso del espacio. Según Duque, esta administración podría beneficiar exclusivamente a magnates como Musk, poniendo en riesgo a competidores como Blue Origin de Jeff Bezos. “El espacio no tiene fronteras, y si la regulación desaparece, podríamos enfrentarnos a un monopolio que elevará los precios y perjudicará a todos”, señaló.
Lo cierto es que esta iniciativa, que se asemeja a las implementadas por Milei en Argentina, deja entrever como la irrupción de estas figuras en sus respectivos contextos son el reflejo de un cambio de paradigma en la forma tradicional de hacer política y gestionar sectores estratégicos.
Mientras Musk, desde su posición como empresario y ahora gestor del DOGE, propone reformar estructuras gubernamentales y tecnológicas con un enfoque disruptivo, Milei plantea en Argentina una agenda radical que busca romper con las prácticas políticas convencionales. Ambos comparten un perfil outsider y se posicionan como líderes de una nueva narrativa que desafía el statu quo, apelando a un discurso de eficiencia y cambio estructural.
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