Este lunes, el gobierno de Biden inició una investigación sobre la producción de chips chinos y el impacto sobre la economía estadounidense. La indagación podría desembocar en aranceles u otras medidas para restringir el ingreso de los semiconductores chinos al mercado de Estados Unidos. Sin embargo, cualquier decisión en este sentido sería tomada por la administración de Trump, la cual comienza a mediados de enero de 2025.
La inversión de China sobre la producción de chips
China ha invertido fuertemente en la construcción de modernas instalaciones de fabricación en sectores como acero, paneles solares y vehículos eléctricos. Esta estrategia ha resultado en una avalancha de productos de bajo costo que han inundado los mercados globales, obligando al cierre de empresas estadounidenses y de otros países, lo que ha dejado a las firmas chinas con un control significativo del mercado.
En este contexto, existe preocupación en Estados Unidos por el riesgo de que la industria de semiconductores sea la próxima en verse afectada. Las empresas chinas han incrementado considerablemente la producción de chips, especialmente los más antiguos, que aún son esenciales para una amplia variedad de equipos. Según funcionarios estadounidenses, la expansión de China en este sector amenaza la viabilidad de las fábricas de chips en Europa y Estados Unidos.
Katherine Tai, Representante Comercial de Estados Unidos, afirmó el domingo que las políticas chinas han permitido a sus empresas crecer rápidamente y “ofrecer chips a precios artificialmente más bajos que amenazan con dañar significativamente, y potencialmente eliminar, su competencia orientada al mercado”.
La investigación del gobierno de Biden sobre los chips chinos
La investigación estará a cargo de la Oficina del Representante Comercial bajo la Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974, permitiendo al gobierno estadounidense adoptar medidas contra prácticas discriminatorias que impactan el comercio nacional. Según expertos, este tipo de indagaciones suelen demorar entre seis meses y un año.
Las tensiones entre ambos países han escalado durante la administración Biden, especialmente tras las restricciones impuestas por Estados Unidos a las exportaciones de tecnología avanzada hacia China, argumentando motivos de seguridad nacional. Como respuesta, China limitó las exportaciones de minerales esenciales para la producción de semiconductores, automóviles y armamento.
En años recientes, la administración Biden implementó controles para limitar la capacidad de China de desarrollar chips avanzados, argumentando que estos podrían potenciar su arsenal militar y capacidades en inteligencia artificial. Sin embargo, no se han adoptado medidas significativas contra la producción china de chips más antiguos, conocidos como “chips heredados”, que siguen siendo vitales para las economías y ejércitos modernos.
La creciente posición de China en la industria de los semiconductores
El énfasis de China en estos chips podría proporcionarle ventajas adicionales. Al atraer nuevos clientes, los fabricantes chinos podrían adquirir conocimientos valiosos sobre producción. Además, la alta oferta de estos chips afecta las ganancias de los fabricantes extranjeros, quienes dependen de ellos para financiar el desarrollo de semiconductores más avanzados.
El control de Estados Unidos sobre el comercio mundial de semiconductores podría debilitarse si China se consolida como un centro de producción de chips heredados, complicando los esfuerzos de Washington por restringir el acceso a chips menos sofisticados en países como Rusia.
Con la ayuda de enormes inversiones estatales, China ha acelerado la construcción de fábricas de chips. Según estimaciones estadounidenses, casi la mitad de la capacidad mundial para nuevas instalaciones de chips antiguos en los próximos años se ubicará en China. Aunque todavía no domina completamente este mercado, su participación está creciendo rápidamente, y se proyecta que podría alcanzar más del 40 % de la capacidad global en chips básicos para 2032.
La amenaza de los chips chinos sobre la economía estadounidense
Un memorando del Departamento de Comercio, obtenido por The New York Times, advierte que China podría controlar la cadena de suministro de chips tradicionales para 2030, lo que implicaría riesgos significativos para la seguridad nacional estadounidense, incluyendo la creación de vulnerabilidades en la cadena de suministro y amenazas cibernéticas.
El documento también señala que la expansión china amenaza las nuevas fábricas de chips en las que Estados Unidos ha invertido a través de la Ley CHIPS de 2022, que destina miles de millones de dólares para fortalecer la producción doméstica, incluidos más de 4 mil millones específicamente para chips heredados.
Según Gina Raimondo, secretaria de Comercio, los fabricantes de chips están dudando en invertir en Estados Unidos debido a la competencia china. Una encuesta reveló que los proveedores chinos ofrecen chips entre un 30 % y un 50 % más baratos que los estadounidenses, a veces incluso por debajo del costo de producción.
La antigua lucha de Biden contra la expansión de los chips chinos
Matt Turpin, exfuncionario de la administración Trump, advirtió que la competencia china amenaza con socavar las inversiones estadounidenses en la industria, debilitando la efectividad de la Ley CHIPS.
La administración Biden lleva años considerando medidas contra los chips heredados y recientemente evaluó si realizar la investigación bajo la Sección 301, que aborda prácticas comerciales desleales, o la Sección 232, enfocada en amenazas de seguridad nacional. Finalmente, se optó por la Sección 301, pues podría evitar tensiones con aliados y represalias de China.
No obstante, algunos funcionarios lamentan que la investigación no se haya iniciado antes, dejando la decisión final en manos del presidente electo Trump, quien podría utilizar los aranceles como herramienta en negociaciones comerciales, como hizo durante su primer mandato.
Te puede interesar: Crecen las dudas sobre el derribo del F/A-18F Super Hornet del portaaviones de EE.UU sobre el Mar Rojo