Un reciente informe proporcionado por el grupo de expertos RAND Europe, solicitado por el Ministerio de Defensa del Reino Unido, señala que, aunque la doctrina de combate de la OTAN es sólida, la Alianza militar carece de los recursos necesarios para implementarla eficazmente en un conflicto de gran escala como el de Ucrania.
El estudio indica que no hay “pruebas convincentes” que sugieran la necesidad de cambios fundamentales en la doctrina operativa conjunta del Reino Unido o de la OTAN. Sin embargo, destaca que la guerra en Ucrania puso en evidencia una escasez crítica de equipos y municiones entre los aliados occidentales, lo que dificulta la aplicación efectiva de sus estrategias militares.
En este sentido, la guerra en Ucrania se caracterizó por grandes pérdidas de vehículos blindados y artillería, así como por un consumo masivo de municiones. Las reservas de la OTAN y su capacidad de fabricación de material de defensa ya habían menguado tras el fin de la Guerra Fría, y proporcionar un suministro constante de armamentos a Ucrania mientras se reponen sus reservas resulto tanto complejo como difícil para los aliados europeos de Kiev.
La OTAN debe adaptar su doctrina a los escenarios de guerra contemporáneos
El informe también señala que la neutralización del poder aéreo en el conflicto ucraniano plantea importantes desafíos para la OTAN. La eficacia de las defensas aéreas limitaron el uso de aeronaves tripuladas, lo que sugiere que las fuerzas terrestres de la Alianza enfrentarían mayores dificultades en ausencia de superioridad aérea.
Además, resalta la importancia de la adaptabilidad en los conflictos modernos. Tanto Ucrania como Rusia demostraron flexibilidad en ciertas áreas, como el uso de drones, lo que pone de manifiesto la necesidad de que la OTAN reevalue constantemente su doctrina para mantenerse efectiva en escenarios de guerra contemporáneos.
Te puede interesar: Los jefes de la OTAN afirman que la alianza no puede defenderse ante Rusia en medio de las tensiones con Trump