Corea del Sur enfrenta una crisis política y constitucional sin precedentes tras la destitución de dos presidentes en menos de dos semanas. La Asamblea Nacional, controlada por la oposición, votó a favor de destituir al presidente interino Han Duck-soo, días después de que el mandatario Yoon Suk Yeol fuera apartado del cargo por intentar imponer la ley marcial.
El presidente interino Han Duck-soo fue destituido con 192 votos a favor en un parlamento de 300 miembros. La oposición justificó su decisión al argumentar que Han se negó a nombrar a tres jueces para el Tribunal Constitucional, lo que – según el líder opositor Lee Jae-myung – puso en riesgo el orden público. “La única manera de normalizar el país es erradicar rápidamente todas las fuerzas insurrectas”, declaró Lee en un discurso ante el legislativo, citado por The Associated Press.
En este sentido, el impeachment de Han significa que quedará despojado tanto de los poderes como deberes de presidente hasta que el Tribunal Constitucional decida si lo destituye o lo restituye. Según confirmaron desde The Associated Press, el tribunal de 180 analizará revocar las decisiones del parlamento o confirmar las destituciones. Los impeachments de los dos principales funcionarios del país suscitaron la agitación política, profundizado las incertidumbres económicas y dañado su imagen internacional.
Lo cierto es que el gobierno de Yoon Suk Yeol ya enfrentaba críticas antes de su destitución, especialmente después de su controvertido intento de declarar la ley marcial. Esta maniobra le valió el resultado reflejado en encuestas recientes, donde los ciudadanos surcoreanos mostraron un apoyo abrumador a su impeachment.
Se encienden las alarmas de seguridad nacional e internacional por Corea del Sur
La situación política también suscitó las alarmas en términos de seguridad nacional. El nuevo presidente interino, Choi Sang-mok, instó a las fuerzas armadas a aumentar la vigilancia frente a la posibilidad de provocaciones norcoreanas. “Minimizar la confusión en los asuntos estatales es de suma importancia”, señaló Choi en un comunicado citado por NBC News. Además, ofreció disculpas al pueblo surcoreano y prometió estabilizar el gobierno en medio del caos político.
El impacto de la crisis se extiende más allá de las fronteras de Corea del Sur. Analistas internacionales advierten que la inestabilidad podría comprometer la capacidad del país para enfrentar desafíos económicos y diplomáticos clave, especialmente en un momento de tensiones geopolíticas en la región de Asia-Pacífico.
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