El Consejo de Ministros de Japón ha aprobado un presupuesto de defensa histórico de 8,7 billones de yenes (equivalentes a 55.130 millones de dólares) para el año fiscal 2025, marcando un incremento del 9,4% respecto al presupuesto de 2024. Este aumento no solo refleja un compromiso sostenido de 13 años consecutivos en alza, sino que también constituye una respuesta directa a los crecientes desafíos en el contexto de seguridad regional.
En este contexto, el presupuesto destaca inversiones significativas en capacidades de contraataque, como la adquisición de misiles de largo alcance y el desarrollo de una red avanzada de satélites. Por ejemplo, se destinarán 16.800 millones de yenes para incorporar misiles lanzados desde buques y misiles guiados. Asimismo, se iniciarán investigaciones para desarrollar sistemas capaces de lanzar misiles de largo alcance desde submarinos mediante lanzamientos verticales. Además, el país planea destinar USD 1.790 millones para construir una constelación de satélites diseñados para mejorar la adquisición de objetivos y proporcionar información estratégica en tiempo real. Estas iniciativas buscan modernizar el arsenal tecnológico y garantizar una respuesta rápida en caso de amenazas.
De manera complementaria, Japón continuará robusteciendo sus capacidades con la compra de vehículos aéreos no tripulados MQ-9B Sea Guardian y equipos asociados, una inversión que asciende a USD 263 millones. Además, se asignarán 25,3 millones de dólares para drones diseñados para operar desde buques de la Fuerza de Autodefensa Marítima, lo que consolidará la modernización de sus fuerzas navales.
Este incremento presupuestario, por otro lado, se enmarca en el Programa de Defensa de Japón, que proyecta asignar 43 billones de yenes entre 2023 y 2027 para reforzar sus capacidades defensivas. En este sentido, estas medidas buscan proteger el territorio nacional, incluidas sus islas remotas, frente a un entorno geopolítico cada vez más desafiante.
Además, el aumento en el gasto militar responde a tensiones crecientes en el Indo-Pacífico, especialmente ante las acciones de China en el Mar de China Oriental y las amenazas a la seguridad de Taiwán. En este marco, Japón también ha intensificado su colaboración con socios internacionales como Estados Unidos, fortaleciendo alianzas clave en la región. Con esta asignación récord, Japón reafirma su compromiso con la modernización de sus fuerzas armadas y su preparación para enfrentar los desafíos del siglo XXI.
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