Finlandia ha presentado evidencia concreta sobre los daños a un cable submarino de electricidad que conecta su red energética con Estonia, ocurrido el pasado 25 de diciembre. Según las autoridades finlandesas, el incidente parece ser un acto deliberado de sabotaje, atribuido al buque Eagle S, parte de la llamada “flota fantasma” de Rusia. Esta flota es conocida por transportar productos petroleros rusos que eluden sanciones internacionales impuestas tras la invasión de Ucrania en 2022.
Rastros bajo el agua: el ancla del Eagle S
Investigaciones en el fondo marino revelaron una marca de arrastre de casi 100 kilómetros cerca del área dañada. El jefe de la investigación policial en Finlandia, Sami Paila, explicó que el análisis submarino apunta a que el daño fue causado por el ancla del Eagle S. Este buque, que enarbola bandera de las Islas Cook y cuenta con tripulación georgiana e india, había hecho escala recientemente en Rusia y transportaba productos petroleros.
“Estamos evaluando si se trató de un acto intencional o no. La cuestión de la intencionalidad es clave en esta investigación,” aseguró Paila a la emisora nacional Yle. Sin embargo, funcionarios estonios han señalado que el acto parece claramente deliberado, argumentando que un ancla en arrastre sería fácilmente detectable por la tripulación debido a los desvíos en la trayectoria del barco.
Consecuencias económicas y estratégicas
El daño afecta al cable Estlink 2, esencial para el intercambio eléctrico entre Finlandia y Estonia, y cuya reparación tomará meses. Esto podría disparar los costos de electricidad en Estonia durante el invierno, exacerbando las tensiones en una región ya marcada por una serie de incidentes similares que afectan infraestructuras críticas en el Mar Báltico.
El costo económico de incidentes previos brinda un sombrío panorama: cuando este mismo cable estuvo fuera de servicio el año pasado, Estonia afrontó un aumento del 10% en los costos eléctricos, lo que implicó pérdidas de alrededor de 90 millones de euros.
Respuestas enérgicas: seguridad en el Mar Báltico
Tras el incidente, tanto Finlandia como Estonia han intensificado las medidas de seguridad marítima. Mientras Estonia ha lanzado operaciones navales y de fuerzas especiales para proteger sus infraestructuras críticas, la OTAN también ha aumentado su presencia militar en la región. El secretario general de la alianza, Mark Rutte, subrayó la importancia de garantizar la seguridad en un mar que ha sido escenario de repetidos sabotajes.
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