El comandante en jefe de Ucrania, Coronel General Oleksandr Syrskyi, afirmó recientemente que desde el inicio de la campaña en Kursk, las fuerzas terrestres rusas han perdido más de 38.000 soldados y han sufrido la destrucción de unas 1.000 piezas de equipo, las cuales van desde vehículos 4×4, tanques, blindados de transporte, piezas de artillería, entre otros.
La palabras del Coronel General Syrskyi se dan luego de que el comandante visitara a las tropas ucranianas que se encuentran desplegadas en el óblast de Kursk, Rusia. La visita se da en el marco de una ofensiva generalizada por parte de Moscú con la intención de recuperar el territorio perdido en la ofensiva ucraniana, así como en la continua anexión de territorio ucraniano en el frente occidental.
Desde que las Fuerzas Terrestres de Ucrania iniciaron la ofensiva en Kursk el pasado 6 de agosto, también se capturaron mas de 700 militares rusos. “Continuaremos destruyendo a los invasores. No importa si tienen pasaportes rusos o norcoreanos. La batalla continúa”, dijo Syrskyi, en clara alusión a los refuerzos norcoreanos que se incorporaron al teatro de operaciones hace unas semanas, presencia sobre la cual ya hay registros de varias bajas.
Reportes de inteligencia de diversos países han indicado que Rusia ha recibido al menos unos 12.000 norcoreanos, muchos de los cuales ya han sido destinados a los campos de batalla de Kursk para ayudar a desalojar a las fuerzas ucranianas. Pese a que inicialmente Kyiv había logrado controlar al menos uno 1.300km2 de territorio ruso, con el paso de los meses la presión de Moscú se hizo sentir, logrando recuperar casi la mitad.
Sin embargo, el esfuerzo de Rusia ha tenido un alto costo, tal como expresó el Coronel General Syrskyi. Moscú sigue confiando en que su victoria llegará lenta pero inexorablemente. Eso si, dejando en el camino centenares de miles de bajas y la destrucción de miles de piezas de equipamiento de todo tipo, desde aeronaves, pasando por vehículos blindados, piezas de artillería, y un largo etcétera. Las bajas norcoreanas ya ascenderían a los 3.000 soldados, según el presidente Volodymyr Zelensky.
Por su parte, Ucrania se ha visto imposibilitada de sostener sus líneas atento la carencia de un recurso vital: soldados. Desde hace meses, diversos reportes han expuesto la crítica situación por la cual atraviesan las Fuerzas Terrestres ucranianas, las cuales también están sufriendo la desorganización y deserciones, todas ellas impulsadas por el agotamiento tras casi tres años de combates de alta intensidad continuos.
Pese a la crítica situación en otros frentes, Kyiv ha decidido sostener la presencia en Kursk pese a la presión rusa. Analistas consideran que sostener la ocupación de territorio ruso, por más costosa que sea, podría ser una moneda de cambio en caso de que se inicien negociaciones para un alto al fuego. Pese a que Ucrania se encuentra en desventaja, ambos contendientes están dando claras señales de agotamiento, tanto en recursos humanos por materiales.
En ese contexto, el futuro de Ucrania es aún mas incierto con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. El ex-primer mandatario nuevamente electo presidente de EE.UU. expresó en contadas ocasiones su decisión de dar una finalización a las hostilidades en Ucrania, iniciativa que podría derivar en distintos escenarios. Uno de ellos es que Washington corte toda asistencia militar a Kyiv, dejando como principales aliados a los países europeos. No son pocos los que consideran que sin el apoyo norteamericano, Ucrania no podrá sostenerse por mucho tiempo sin verse obligada a una salida negociada.
Imagen de portada ilustrativa. Créditos: Ministerio de Defensa de Ucrania
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