El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció una prohibición a la perforación de petróleo y gas en aguas profundas en la mayoría de las costas del país, una decisión que busca consolidar su legado ambiental antes de que Donald Trump asuma la presidencia. La medida, aunque de impacto limitado, resalta las tensiones entre las políticas de conservación de Biden y la promesa de Trump de priorizar la producción energética nacional.

Biden invocó la Ley de Tierras de la Plataforma Continental Exterior, una normativa de más de 70 años, para proteger 625 millones de acres de océano en áreas clave como las costas este y oeste, el este del Golfo de México y partes del Mar de Bering en Alaska.

Según el mandatario, esta acción se alinea con sus esfuerzos para combatir el cambio climático y alcanzar el objetivo de conservar el 30% de las tierras y aguas de Estados Unidos para 2030.

La medida excluye áreas con alta actividad de perforación, centrándose en zonas donde el potencial de explotación es bajo. Biden justificó la decisión mencionando el derrame de petróleo de Deepwater Horizon en 2010 y los riesgos asociados con futuras exploraciones. “La perforación en estas costas podría causar daños irreversibles y no es necesaria para satisfacer nuestras necesidades energéticas”, afirmó el presidente.

Un legado disputado

El anuncio enfrenta una posible resistencia por parte de la administración entrante de Trump, quien ha prometido desmantelar las políticas climáticas de Biden. Sin embargo, un fallo judicial de 2019 establece que las prohibiciones de perforación realizadas bajo la Ley de Tierras no pueden ser revocadas por un presidente, salvo mediante una ley del Congreso.

Durante su mandato, Trump intentó abrir nuevas áreas para la perforación en alta mar, enfrentándose a la oposición de estados costeros, incluidos algunos liderados por republicanos.

En contraste, también utilizó la Ley de Tierras para prohibir la perforación en áreas frente a la costa de Florida hasta 2032, una protección que Biden ahora extiende sin límite temporal.

Grupos industriales, como el Instituto Americano del Petróleo, han criticado la medida, señalando que afecta la seguridad energética del país, mientras que organizaciones ambientalistas como Oceana la consideran una victoria para la conservación de las costas y sus comunidades.

Contexto energético y estratégico

El anuncio se produce en un momento clave, con Estados Unidos consolidado como el mayor productor de petróleo y gas del mundo gracias al auge de la perforación en tierra, especialmente en estados como Texas y Nuevo México. La invasión rusa de Ucrania ha incrementado la demanda global de recursos energéticos estadounidenses, un factor que Trump ha prometido aprovechar mediante políticas más flexibles para la industria.

En el contexto global, decisiones como esta también contrastan con hallazgos recientes de yacimientos de petróleo y gas en la Antártida por parte de Rusia y el levantamiento temporal de sanciones energéticas a Venezuela por parte de Estados Unidos, lo que refleja un equilibrio entre intereses estratégicos y compromisos ambientales.

A medida que la administración Biden llega a su fin, su legado en materia climática y de conservación parece diseñado para resistir posibles reversiones inmediatas, aunque el panorama legislativo y las prioridades de la nueva administración determinarán su permanencia.

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Fuente: Reuters

Redacción
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