La presentación del Plan Nuclear Argentino por parte del presidente Javier Milei el 20 de diciembre de 2024 marca un punto de inflexión para la energía nuclear en el país. Con esta iniciativa, la gestión busca reposicionar a Argentina como líder global en el uso pacífico de la energía atómica y enfrentar los desafíos energéticos del futuro. Sin embargo, el proyecto plantea preguntas sobre el destino de Atucha III, una obra clave que ha estado marcada por retrasos y complejidades en las negociaciones.

Un renacimiento nuclear liderado por el Estado

Durante el anuncio del Plan Nuclear, Milei enfatizó la importancia de la energía nuclear como “la única fuente eficiente, abundante y escalable para satisfacer las necesidades de desarrollo”. Acompañado por Demian Reidel, jefe del Consejo de Asesores y responsable del Plan Nuclear, y Rafael Grossi, director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el mandatario destacó el rol de Argentina como referente en la industria nuclear.

Javier Milei, Jefe de Asesores Demian Reidel, y el director General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi. Casa Rosada

Entre las iniciativas inmediatas del plan se encuentra la construcción de un reactor modular pequeño (SMR) en el predio del Complejo Nuclear Atucha. Esta decisión no solo apunta a mejorar la distribución de energía en el país y reducir los cortes de suministro, sino también a desarrollar tecnologías más modernas y adaptables. Además, se anunció la creación del Consejo Nuclear Argentino, una nueva entidad que coordinará las políticas energéticas nucleares y estará integrada por figuras clave del gobierno, como el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el ministro de Defensa, Luis Petri. Este consejo busca unificar estrategias en un sector históricamente fragmentado.

Atucha III: un proyecto en suspenso

La central Atucha III, que habría sido la cuarta planta nuclear del país, lleva casi dos años de retrasos desde la firma inicial del contrato en febrero de 2022 entre Nucleoeléctrica Argentina (NASA) y la Corporación Nuclear Nacional China (CNNC). Este proyecto preveía una inversión de 8.300 millones de dólares, con un 40% de participación de proveedores locales y una capacidad bruta de 1.200 megavatios eléctricos (MWe).

Render de la central nuclear Atucha III. Econojournal

Aunque el contrato de ingeniería, compras y construcción (EPC) fue prorrogado varias veces, la falta de avances concretos y las diferencias internas en el sector nuclear argentino han frenado su ejecución. Las recientes negociaciones entre Nucleoeléctrica y el Ministerio de Economía acordaron extender el plazo hasta abril de 2025 para permitir que la nueva administración defina el futuro del proyecto. Sin embargo, los problemas asociados a la financiación, que incluye una importante deuda en yuanes, y las tensiones geopolíticas entre China y Occidente han generado incertidumbre sobre su continuidad.

Desafíos y oportunidades del Plan Nuclear

El Plan Nuclear de Milei también incluye una segunda etapa que contempla el desarrollo de reservas de uranio para garantizar el autoabastecimiento y posicionar al país como exportador de elementos combustibles de alto valor agregado. Estas acciones no solo buscan reducir la dependencia de combustibles fósiles, sino también consolidar la soberanía tecnológica y fomentar la innovación en el sector.

No obstante, los interrogantes sobre el financiamiento y la viabilidad de Atucha III persisten. Si bien la colaboración con China promete transferencias tecnológicas y desarrollo industrial, las condiciones del financiamiento y las exigencias para involucrar un mayor porcentaje de componentes nacionales han complicado las negociaciones. En paralelo, la decisión de apostar por un reactor modular pequeño en lugar de reactivar la construcción de Atucha III plantea dudas sobre las prioridades de la nueva gestión.

Reactor CAREM

Además, el plan enfrenta críticas sobre su implementación. Algunos sectores de la oposición han señalado que la creación del Consejo Nuclear Argentino podría centralizar excesivamente la toma de decisiones, limitando la autonomía de organismos como la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) o Nucleoeléctrica.

El Plan Nuclear Argentino representa una apuesta ambiciosa para reposicionar al país en la vanguardia energética mundial. Mientras se avanza con nuevos proyectos, el futuro de Atucha III se perfila como un desafío crucial que definirá la capacidad de la gestión actual para materializar sus promesas. Reactivar este proyecto no solo consolidaría a Argentina como un actor clave en el escenario nuclear global, sino que también permitiría capitalizar años de experiencia e inversión en la industria.

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Alejo Sanchez Piccat
Licenciado en Gobierno y Relaciones Internacionales UADE Maestrando en Defensa Nacional UNDEF Interesado en Seguridad Nuclear y Medio Oriente Contacto directo: asanchezpiccat@esceneariomundial.com

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