La decisión del Departamento de Defensa de Estados Unidos de ampliar su lista de “empresas militares chinas” ha provocado una fuerte reacción de Pekín, que califica estas medidas como una “represión irrazonable” contra sus gigantes tecnológicos. Entre las empresas señaladas recientemente se encuentran Tencent Holdings, líder en redes sociales y juegos, y CATL, el mayor fabricante mundial de baterías, ambas clave en la economía tecnológica china y en cadenas de suministro globales.

El anuncio, realizado el lunes, agrega 134 compañías a la lista, que tiene como objetivo identificar a entidades presuntamente vinculadas al Ejército Popular de Liberación. Aunque la inclusión en esta lista no implica sanciones inmediatas, sí representa una advertencia para las empresas estadounidenses sobre los riesgos de trabajar con estas corporaciones, con el potencial de llevar a restricciones más estrictas desde el Departamento del Tesoro. Tencent y CATL han negado cualquier relación con el ejército chino. Un portavoz de Tencent calificó la medida de “error” y aseguró que la inclusión no afecta directamente a sus operaciones.

Por su parte, Pekín reaccionó enérgicamente a través de Guo Jiakun, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, quien instó a Estados Unidos a “corregir sus prácticas erróneas” y retirar lo que denomina sanciones “ilegales”.

La medida se suma a una serie de acciones recientes destinadas a limitar el avance tecnológico de China. En diciembre, la administración de Joe Biden impuso controles sobre la exportación de semiconductores fabricados en EE.UU., argumentando preocupaciones de seguridad nacional y el riesgo de que estas tecnologías sean reutilizadas para armamento de próxima generación y sistemas avanzados de inteligencia artificial (IA).

Respuesta china y el contexto global

China, por su parte, ha comenzado a contrarrestar estas medidas con restricciones a la exportación de tecnologías esenciales para la extracción de minerales clave en la industria de vehículos eléctricos. Este movimiento subraya la creciente importancia de los minerales críticos en la competencia tecnológica global.

En un comunicado, Pekín reafirmó su postura contraria a lo que considera una utilización excesiva del concepto de seguridad nacional por parte de EE.UU. y anunció que tomará “todas las medidas necesarias” para proteger los derechos de sus empresas.

La escalada llega en un momento clave, con el retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos el próximo 20 de enero, lo que podría intensificar aún más la rivalidad tecnológica entre ambas potencias.

La designación de empresas como Tencent y CATL no solo complica las relaciones comerciales, sino que también refuerza las tensiones en sectores estratégicos como los vehículos eléctricos, los semiconductores y la inteligencia artificial. Este escenario subraya el desafío de equilibrar la seguridad nacional con el comercio global en una era de creciente interdependencia tecnológica.

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Fuente: AA

Redacción
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