La semana pasada hablábamos sobre el impacto que tuvo en el sector agrícola el default de varias empresas de insumos, entre las que destaca Los Grobo. El agro argentino siempre fue la punta de lanza para obtener las divisas de la cuenta corriente. Este es el principal elemento negociador que tienen los dirigentes rurales ante el Ejecutivo. Sin embargo, el equipo de La Libertad Avanza plantea la diversificación de los complejos exportadores. A diferencia de la gestión anterior, la industria parece quedar relegada a un segundo (o tercer) plano. Durante el primer semestre del 2024, Milei mantuvo gran cantidad de reuniones con empresarios tecnológicos de Silicon Valley y el sector energético. Esto no es nuevo, pero en esta columna buscaremos comprender cómo se está articulando la inserción comercial de la gestión Milei. En poco más de un año de gestión, Argentina se convirtió en uno de los principales socios de los Estados Unidos, con posibilidades de aumentar las relaciones a partir del 20 de enero bajo la administración republicana. Esto se conoce como friendshoring.
Por friendshoring, entendemos a la estrategia de inserción comercial que busca aliarse con socios geopolíticos, sin tener en cuenta la cercanía geográfica (nearshoring). A nivel global, las grandes potencias están preocupadas por la obtención de materias primas estratégicas (minerales y metales raros), como también la protección de los datos. Como resultado, las potencias buscan asegurar socios clave para el suministro de productos que son considerados sensibles en términos de seguridad nacional.
Aquí, resalta en primer lugar los EE UU, pero también podemos incluir a las principales casas matrices de las empresas mineras y energéticas de los países europeos. La apreciación del peso argentino hace difícil la rentabilidad de las inversiones para las empresas regionales, por ello, el nearshoring parece quedar relegado de momento. La tensa relación con los principales países vecinos del continente no beneficia la creación de cadenas de suministros regionales.
Si bien se puede pecar de estiramiento conceptual, el friendshoring aplica a la UE. El reciente acuerdo comercial con el MERCOSUR se orienta en ese sentido. Sin embargo, es importante comprender que el gobierno argentino busca flexibilizar el MERCOSUR y tener la libertad para firmar acuerdos de manera bilateral.
Aún así, el gran riesgo de la estrategia argentina responde a las importaciones provenientes de 2 países que las relaciones distan de ser amistosas: China y Brasil. En el acumulado desde enero hasta noviembre de 2024, los bienes y piezas/accesorios de Brasil fueron USD 2.896 millones y desde China USD 2.324 millones según el INDEC. Desde los EE UU se importaron USD 1000 en piezas y accesorios para la cadena de suministros de las empresas en Argentina. En otros aspectos clave para la producción argentina, como son los bienes intermedios (BI) y los bienes de capital (BK), los EE UU también ocupan el tercer lugar. Si consideramos a la UE como bloque, en varios rubros los EE UU se ubican en el cuarto lugar.
Hay dos puntos clave en los cuales Argentina es el socio predilecto para los EE UU, y sus aliados occidentales. En primer lugar, se encuentra la cadena de suministro de energía y la minería. Chevron es una de las empresas que se presentó para obtener los beneficios del RIGI. Corea del Sur con Posco y el Reino Unido con Shell y Harbour también presentaron sus proyectos al gobierno argentino.
Por otro lado, se encuentra el plan nuclear asociado a la construcción de data centers para la Inteligencia Artificial. Este tema estuvo en la agenda del presidente Milei durante su gira por los EE UU en mayo, donde se reunió con los CEOs de OpenAI, Alphabet Google y Meta. Con vistas al 20 de enero, la llegada de Donald Trump, y su intención de imponer aranceles a determinados productos estratégicos, la estrategia de friendshoring permitiría una cobertura (o hedging) ante cualquier medida unilateral por parte de los EE UU. La incógnita radica en los beneficios que pueda traer la relación personal entre Milei y Trump.
El gran interrogante en este momento, a mi parecer, será la relación con China. Es probable que durante el primer trimestre del 2025 tengamos precisiones sobre cómo se integrará la variable de Beijing dentro de la política comercial argentina. La reestructuración pragmática que impulsó Milei durante los últimos 2 meses de 2024 podría modificar el friendshoring y mover al país hacia una estrategia de cobertura. Como menciona Actis (2024), es el gran dolor de cabeza para el Sur Global y América Latina en especial, sobre todo con Trump en la Casa Blanca.
Otro mercado clave es la India, donde Argentina exporta aceite de soja y es uno de los principales socios en las manufacturas de origen agropecuario (MOA). Durante la celebración por los 75 años de la Embajada de la India, el canciller Werthein definió al país asiático como la democracia más grande del mundo y un socio de Argentina. Aquí encontramos alineamientos ideológicos y políticos que a primera vista parecen una estrategia de friendshoring, pero en realidad India permite diversificar los riesgos ante la competencia entre China y los EE UU.
Si China llegase a ganar margen de acción dentro de los actores económicos, posiblemente nos encontremos ante un escenario de friendshoring respecto a los EE UU y los países occidentales, con elementos de hedging en finanzas (los swaps) y determinadas áreas estratégicas que no son clave para los EE UU, como la agricultura. En las propias palabras de Milei, “China es un socio comercial muy interesante porque ellos no exigen nada, solo piden que no los molesten”. Tal vez la reunión bilateral durante el G20 en Río de Janeiro sea el puntapié inicial.
En términos estratégicos, el gobierno de Milei busca una inserción basada en el friendshoring con los EE UU. Los rubros a priorizar para el intercambio comercial y la inserción en la cadena de suministro estadounidense serán la IA y el sector energético como también el minero. Por otro lado, el agro es el comodín para diversificar, o cubrir, los riesgos. La Unión Europea, la India y China son los socios clave en la cadena de suministro bajo la estrategia de hedging.
Si bien el panorama interno del sector agrícola no es positivo, la política comercial externa como también la situación geopolítica le permite mayor libertad a la hora de comerciar con otras empresas. El proteccionismo agrícola de la UE y los EE UU obliga al gobierno argentino a cubrir a los exportadores ante dicho riesgo. El acercamiento a China e India son reflejo de ello.
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