En una medida destinada a proteger la infraestructura crítica en el Mar Báltico frente a la amenaza de Rusia, la OTAN desplegó una flota de hasta 10 buques militares que patrullarán la región hasta abril de 2025. Este refuerzo surge tras una serie de actos de sabotaje que afectaron cables submarinos de telecomunicaciones y energía, según informó la emisora finlandesa Yle el 7 de enero.
Los buques, procedentes principalmente de Finlandia y Estonia, operarán en el Golfo de Finlandia, una zona estratégica que registró múltiples incidentes durante los últimos meses del 2024. El más reciente ocurrió el 25 de diciembre, cuando cuatro cables de telecomunicaciones y uno eléctrico fueron dañados. Hasta ahora, solo dos de estos cables fueron reparados.
En este sentido, las autoridades señalaron al buque de guerra ruso Eagle S como principal sospechoso del sabotaje. Además, Dinamarca reportó actividades sospechosas de dos buques rusos en una pequeña área marítima entre Suecia y Dinamarca. “El propósito de estos barcos sigue siendo incierto”, afirmaron las autoridades danesas, citadas desde The Kyiv Independent, quienes ya incrementaron la vigilancia en la región.
El despliegue militar de la OTAN en el Mar Báltico no solo busca proteger la infraestructura submarina, sino también disuadir futuras amenazas. La alianza también está trabajando en colaboración con la Fuerza Expedicionaria Conjunta (JEF) liderada por el Reino Unido, que ha implementado un sistema de alerta para identificar buques que representen riesgos a los cables submarinos.
Estas acciones se enmarcan en una estrategia más amplia que incluye el establecimiento, en mayo de 2023, del Centro Marítimo de la OTAN para la Seguridad de la Infraestructura Submarina Crítica. Este organismo ya advirtió sobre un incremento de las operaciones de sabotaje ruso desde que comenzó la invasión a gran escala de Ucrania en 2022.
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