El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a generar controversia al proponer un aumento sustancial en el gasto en defensa de los países miembros de la OTAN. En una conferencia de prensa en Mar-a-Lago, Florida, Trump instó a la alianza a elevar su objetivo de gasto del 2% al 5% del Producto Interno Bruto (PIB), un umbral que ningún miembro ha alcanzado hasta ahora, incluido Estados Unidos. Esta declaración refuerza las exigencias previas del mandatario de que los aliados europeos asuman un rol más activo en su propia seguridad.
El pedido de Trump llega en un contexto de crecientes tensiones internacionales, marcadas por la invasión de Ucrania por parte de Rusia y los cuestionamientos al compromiso estadounidense con la defensa colectiva de la OTAN bajo su administración. Aunque algunos países de la alianza han mejorado sus niveles de gasto, todavía existen notorias disparidades. Según estimaciones de la OTAN para 2024, Polonia liderará con un 4,12% de su PIB destinado a defensa, seguida por Estonia (3,43%) y Estados Unidos (3,38%). En contraste, naciones como Italia, Canadá y España aún no alcanzan el actual objetivo del 2%.
Un gasto que divide a los aliados
Mientras los líderes de la OTAN consideran elevar el objetivo al 3% para 2030, la propuesta de Trump plantea un desafío significativo. Este incremento, de concretarse, podría implicar ajustes económicos severos para algunos países, sobre todo en Europa Occidental. Sin embargo, el trasfondo de estas exigencias también refleja las preocupaciones de Washington respecto a su papel dentro de la alianza, en un contexto donde se cuestiona el principio de defensa colectiva y la efectividad de los compromisos multilaterales.
El presidente electo también ha dejado en claro su simpatía hacia ciertas posiciones de Moscú. En la misma conferencia de prensa, Trump manifestó su comprensión hacia la oposición de Rusia respecto a la posible adhesión de Ucrania a la OTAN. “Durante años, Rusia dejó claro que no aceptaría a Ucrania dentro de la OTAN. Ahora tienen a alguien justo en su puerta”, declaró, culpando a la administración saliente de Joe Biden por alterar la postura histórica de Estados Unidos sobre esta cuestión.
Implicancias estratégicas
La posición de Trump podría debilitar el frente común que los aliados han intentado mantener desde la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022. Desde la Cumbre de Bucarest en 2008, los miembros de la OTAN han respaldado la eventual incorporación de Ucrania a la alianza, aunque el proceso nunca se ha formalizado. Las declaraciones de Trump no solo contrastan con este consenso, sino que sugieren un cambio de enfoque hacia una política exterior más orientada al aislacionismo.
Por otro lado, los comentarios de Trump podrían generar incertidumbre adicional en un momento en que la relación entre Estados Unidos y sus aliados europeos es crucial para enfrentar los desafíos globales. Si bien sus propuestas podrían impulsar a algunos países a aumentar su gasto en defensa, también podrían fortalecer la narrativa rusa de que la expansión de la OTAN constituye una amenaza directa a su seguridad.
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