Europa alcanzó niveles récord de importación de gas natural licuado (GNL) proveniente de Rusia en 2024, a pesar de los esfuerzos para reducir la dependencia energética de Moscú y las sanciones impuestas tras la invasión de Ucrania. Según datos de la consultora Rystad Energy, el continente recibió 17,8 millones de toneladas de GNL ruso, marcando un aumento significativo respecto a las 15,8 millones de toneladas importadas en 2023.
El contexto político y económico de esta situación es complejo. En enero de 2024, Ucrania suspendió el tránsito de gas ruso hacia Europa a través de gasoductos tras el vencimiento de un acuerdo de cinco años. Esto intensificó la búsqueda de fuentes alternativas de suministro por parte de los países europeos, lo que, irónicamente, resultó en un aumento de las compras de GNL ruso.
Rusia como actor clave en el mercado europeo de GNL
Aunque las exportaciones rusas de gas por gasoducto hacia Europa disminuyeron considerablemente desde 2022, el país se posicionó como el segundo mayor proveedor de GNL de Europa, superando incluso a Qatar. Este cambio subraya la creciente dependencia europea de las terminales de gas licuado para suplir las necesidades energéticas, especialmente en un contexto de tensiones geopolíticas.
Además, Bloomberg reportó que Rusia está aumentando su participación en el mercado global de GNL. Al mismo tiempo que redirige parte del gas por gasoducto hacia China, busca consolidar su presencia en Europa mediante la oferta de GNL, aprovechando la infraestructura portuaria existente.
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