El Atlántico Sur es, sin dudas, una región de vital importancia estratégica para la Argentina, no solo por su riqueza en recursos naturales, sino también por su relevancia geopolítica. En este contexto, la recuperación de la posesión y la soberanía plena de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, cuya obligación prescribe la Constitución Nacional, adquiere una dimensión crucial. Por lo tanto, la invasión y presencia ilegal del Reino Unido en este territorio continúa siendo una problemática que el gobierno argentino debe abordar con la relevancia necesaria por su cuantioso valor.
Recientemente, el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas (EMCO) emitió un informe que ha generado controversia. En el mismo se menciona que el Reino Unido posee una zona marítima adyacente a las Islas Malvinas, lo que implícitamente reconoce con naturalidad la presencia británica. Esta información emitida por un órgano militar argentino desmerece la importancia de la Cuestión Malvinas y pasa por alto la disputa de soberanía que Argentina ha mantenido históricamente sobre el territorio.
Esta situación se agrava con incidentes como el ocurrido el pasado 14 de enero, cuando un avión militar británico despegó de las Islas Malvinas y se aproximó en dirección a vuelos comerciales argentinos, desapareciendo de la información radar de acceso público. Este tipo de acciones por parte del Reino Unido no solo violan acuerdos internacionales y la confianza mutua, sino que también ponen en riesgo la seguridad aérea en la región. Sin embargo, estos hechos no han sido condenados por el gobierno argentino, sino más bien convalidados.
En este contexto es crucial tener en consideración que Argentina, por su extensión territorial, tiene a su espacio aéreo dividido en cinco Regiones de Información de Vuelo (FIR): Ezeiza (SAEF), Córdoba (SACF), Mendoza (SAMF), Resistencia (SARR) y Comodoro Rivadavia (SAVF). La FIR de Comodoro Rivadavia sufre un riesgo mayor, relacionado al movimiento de aeronaves que parten de Malvinas y cuya Unidad de Control no informa ni coordina los permisos de tránsito con el ACC Comodoro Rivadavia. A grandes rasgos, estos tránsitos aéreos que unen a las Islas con el continente generan riesgos de posibles conflictos aéreos de no ser debidamente controlados.
Con el objetivo de remarcar la relevancia del Atlántico Sur para la Argentina frente al refuerzo de control ilegal del Reino Unido sobre esta zona estratégica, Escenario Mundial entrevistó a Eduardo Ganeau. Comodoro de Marina en retiro, Aviador Naval y Veterano de la Guerra de Malvinas. Ganeau posee un “Master of Defence Studies” en Canadá, siendo Especialista en Intereses Marítimos por UNDEF y actual Coordinador del Instituto de Estudios Estratégicos para la Defensa Nacional (IEEDN).
Un análisis que vale la pena realizar
En primer lugar, Ganeau afirma que los aviones británicos de Malvinas siempre están y sobrevuelan territorio y espacio aéreo argentino. Sin dudas, “el área marítima de preservación pesquera impuesta por la Corona Británica es parte de su invasión y agresión perpetrada desde 1833”. Frente a este contexto, y considerando los hechos recientes, Argentina debe considerar este tipo de acciones como una agresión por parte del Reino Unido y reclamar debidamente.
“Que las autoridades asuman que los vuelos sin control argentino no vulneren ninguna norma internacional, no implica que no sea una agresión británica a Argentina y que Argentina no deba reclamar”, destaca el experto. Asimismo, agregó: “en realidad la invasión británica sobre Puerto Soledad en Malvinas de 1833 jamás prescribirá y está encuadrada como agresión en la Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas 3314 de 1974, constituyendo una vulneración imprescriptible a la Carta de las Naciones Unidas.
Consultado sobre lo mencionado anteriormente el pasado 14 de enero, Ganeau destacó que la pérdida o el ocultamiento de la posición del avión militar A400 británico cuando se acercaba al continente según la información de la página web “Flightradar” por parte de algunos observadores argentinos, debería categorizarse como un hecho de inseguridad aérea para el transporte aéreo nacional que estaba en vuelo en esa latitud, más aún si no mantenía comunicación con la Central Aérea de Control de Comodoro Rivadavia, como debía ocurrir. Vale resaltar que la jurisdicción de esa ACC llega hasta los 10 ° de Long. Oeste, en medio del Atlántico Sur y el Jefe de la 9ª. Brigada Aérea de Comodoro Rivadavia es la autoridad de coordinación en el Sistema de Comunicación Directa entre las FFAA argentinas y británicas en las Islas según la Declaración Conjunta de junio de 1991.
Ganeau afirma que las lecciones aprendidas por los Estados CAR/SAM GTE/15 para reducir los reportes de Gran Desviación de Altitud (LHD) en las FIR de Argentina, indican las vulnerabilidades y riesgos existentes en el litoral atlántico argentino. Para la FIR Comodoro, la autoridad aeronáutica nacional ha venido denunciando que la Unidad de Control de Malvinas (Monte Agradable-EGYP) no informa ni coordina los permisos de tránsito con la ACC Comodoro Rivadavia. Cabe recordar que, por las medidas de confianza mutua de los Acuerdos de Madrid y la existencia de una Carta de Acuerdo Operacional, esta disrupción británica por parte de sus aviones militares no debería ocurrir.
Si a este análisis se le suman los comunicados oficiales emitidos por la Argentina, puntualmente realizados por el Comando Aeroespacial del Comando Operacional del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, el VGM reafirma que indudablemente “la autoridad que emitiera el comunicado, como las que lo convaliden, no estarían asumiendo en el documento la ilegalidad de la presencia ni de la acción británica en las Islas, lo que constituye una inequívoca invasión y agresión de la Corona Británica y su Reino Unido sobre Argentina en Malvinas”. Ganeau también aprecia que “pareciera que el Sistema de Defensa Nacional asume que la Defensa Nacional de Argentina solo contempla los límites de su espacio aéreo nacional que llega hasta las 12mn de la costa y no considera ninguna Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) que brinde alerta y defensa aérea temprana, especialmente con orientación hacia la cuantiosa zona invadida de 2.600.000 km2. Casi otra Argentina en el mar”.
Es un hecho que el Sistema de Defensa Nacional argentino “no ejerce un disuasivo ni efectivo control aéreo sobre todo el espacio aéreo de las jurisdicciones argentinas”, ni que dispone de los sensores de medios embarcados en los espacios marítimos de mayor interés, en proximidades de las Malvinas, añade Ganeau. Asimismo, remarca un hecho preocupante: “no existen medios de combate argentinos para interceptación aérea y control del espacio aéreo y marítimo de interés. Mientras tanto los 16 aviones de combate Super Etendard de la Armada esperan infructuosamente la aprobación del Estado Mayor Conjunto para el vuelo, desconociendo la oportunidad de llegada y puesta en servicio operativo de los F16 recientemente adquiridos para concretar esa disuasión y defensa efectiva que no convalide la invasión británica”.
Algunas conclusiones
La relevancia del Atlántico Sur para la Argentina es indiscutible por su inconmensurable valor económico y geopolítico. Sin embargo, la presencia ilegal del Reino Unido en nuestras Islas y las acciones unilaterales querealizan sus Fuerzas Armadas ponen en riesgo la seguridad aérea en la región, consolidan a diario su ilegal soberanía y subrayan la necesidad de una respuesta contundente por parte del gobierno argentino. Es imperativo que Argentina no solo mantenga su demanda de la posesión y la soberanía plena sobre las Islas invadidas, sino que también adopte medidas concretas para garantizar la seguridad y el control efectivo de su espacio aéreo y marítimo cuya jurisdicción llega hasta los 10° de longitud Oeste, en medio del Atlántico Sur.
El informe reciente del EMCO y los incidentes comentados evidencian una falta de coordinación, pero también una subestimación de la agresión y la amenaza que representa la presencia británica en las Malvinas. La defensa de la soberanía argentina requiere una estrategia integral que incluya la modernización e incremento de las capacidades de defensa, pero también una diplomacia activa que denuncie las repetidas violaciones del Reino Unido.
Te puede interesar: El Estado Mayor Conjunto de Argentina emite un informe que desacredita la Cuestión Malvinas y afirma que el Reino Unido posee una zona marítima en las Islas