El portaaviones HMS Principe de Gales llegó al río Clyde para una operación de reabastecimiento de munición y suministros en Glenmallan, Escocia, como parte de los preparativos previos a su despliegue en la región del Indo-Pacífico. Esta maniobra logística, que implicó el cierre temporal de la carretera A814, forma parte de la fase final antes de que el buque insignia de la Marina Real zarpe hacia una misión estratégica en Asia.
El portaaviones de 65.000 toneladas liderará el grupo de ataque británico en una serie de ejercicios y operaciones conjuntas, incluyendo una visita de la Marina Real a Japón. La misión tiene como objetivo fortalecer los vínculos de defensa con aliados clave y reafirmar el compromiso del Reino Unido con la seguridad en la región.

El gobierno laborista, que asumió el poder recientemente, ha confirmado que mantendrá los planes previamente establecidos por la administración conservadora, asegurando la continuidad del despliegue naval. Sin embargo, han surgido especulaciones sobre el futuro del portaaviones, ya que se ha planteado la posibilidad de su venta a partir de 2028 en lo que algunos analistas británicos han denominado un posible “momento HS2”, en referencia a los recortes en el proyecto ferroviario de alta velocidad.
El reabastecimiento del Príncipe de Gales se da en un contexto de cambios en la política de defensa británica. El gobierno de Keir Starmer ha decidido recortar la ayuda internacional al 0,3 % del ingreso nacional bruto, alrededor de 6.000 millones de libras esterlinas anuales, para redirigir esos fondos hacia el presupuesto militar.

Además, en un intento por reforzar el respaldo a la industria de defensa, más de 100 legisladores laboristas han solicitado a bancos e instituciones financieras británicas que clasifiquen las inversiones en armamento como “éticas”, buscando facilitar su financiamiento.
En paralelo, el Reino Unido anunció la entrega de drones de ataque avanzados a Ucrania, como parte de un acuerdo con una empresa de defensa angloamericana. Esta medida se suma a otras iniciativas recientes de Londres para sostener el apoyo militar a Kiev en su conflicto con Rusia.
Carlos III visita el HMS Príncipe de Gales antes de su despliegue en Asia
El rey Carlos III abordó el portaaviones HMS Príncipe de Gales en el Canal de la Mancha mientras la tripulación finalizaba su preparación para el despliegue global en el Indo-Pacífico. La visita del monarca marcó un hito histórico, ya que es la primera vez en casi 40 años que un jefe de Estado británico se une a un buque de guerra de la Marina Real en alta mar.
Durante su recorrido, el rey supervisó las operaciones a bordo, incluyendo las maniobras de los cazas F-35B Lightning en la cubierta de vuelo. En su rol de Comodoro en Jefe Honorario de Portaaviones, se dirigió a la tripulación, destacando la importancia de la misión y el compromiso de los marinos con la seguridad del Reino Unido y sus aliados.

La visita del rey también sirvió como un gesto de apoyo en un contexto de reajustes en la estrategia de defensa británica. En los últimos meses, el gobierno ha impulsado medidas para reforzar la presencia militar en el Indo-Pacífico, región donde busca consolidar su influencia tras el Brexit y fortalecer la cooperación con Japón, Australia y Estados Unidos a través de la alianza AUKUS.
El comandante del portaaviones, capitán Will Blackett, calificó la visita como un “honor” para la tripulación y aseguró que la misión será un éxito. “El Príncipe de Gales está listo para cumplir con su tarea y demostrar la capacidad de la Marina Real en operaciones globales”, afirmó.
El despliegue del HMS Príncipe de Gales forma parte de una estrategia más amplia del Reino Unido para proyectar su poder naval en Asia, siguiendo el precedente del HMS Queen Elizabeth en 2021. Con el Indo-Pacífico convertido en un escenario clave de competencia entre potencias, Londres busca afianzar su presencia en la región a través de acuerdos de defensa y cooperación con sus socios estratégicos.
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