El ex jefe del Ejército británico, el general Peter Wall, advirtió recientemente que las Fuerzas Armadas del Reino Unido se encuentran en una situación crítica debido a años de infrafinanciación y recortes presupuestarios. Según sus declaraciones, el ejército británico necesita una inversión sostenida de “bastante más del 3% del PIB durante una década” para revertir el deterioro de su capacidad militar y enfrentar las crecientes amenazas a la seguridad internacional.
En una entrevista concedida a LBC, Peter Wall expresó su preocupación por la reducción drástica del personal militar. Destacó que, cuando asumió el mando del Ejército en 2010, las fuerzas contaban con 102.000 efectivos, pero los recortes implementados durante el gobierno de David Cameron redujeron esa cifra a 82.000. En la actualidad, el número de efectivos se encuentra alrededor de los 70.000, una disminución que, según el ex jefe militar, compromete seriamente la capacidad operativa y la respuesta ante conflictos modernos.

Garantizar los recursos adecuados
Más allá de la reducción de personal, Wall subrayó la importancia de garantizar recursos adecuados para armamento, logística, reservas de munición y formación. Afirmó que las capacidades militares actuales no están preparadas para afrontar los complejos desafíos estratégicos contemporáneos debido a la falta de financiamiento sostenido en estos ámbitos. “Estamos en una situación lamentable”, sentenció, responsabilizando a los gobiernos sucesivos por priorizar otras áreas de gasto en detrimento de la defensa nacional.
El ex alto mando señaló que esta crisis es el resultado de más de dos décadas de infrafinanciación, motivada por una sensación de autocomplacencia y la expectativa de que Estados Unidos asumiría gran parte del costo de la seguridad europea. Criticó que los “dividendos de la paz” tras el final de la Guerra Fría se canalizaron hacia el gasto social, dejando desprotegidas las capacidades militares británicas en un contexto internacional cada vez más volátil.
La sombra de la guerra de Europa
Las declaraciones de Wall llegan en un momento de creciente tensión global, en especial por el conflicto entre Rusia y Ucrania. El Reino Unido ha respaldado las iniciativas encabezadas por Estados Unidos para promover un alto el fuego, aunque persisten dudas sobre las condiciones impuestas por el Kremlin. El ministro de Asuntos Exteriores británico, David Lammy, ha advertido que aceptar las exigencias de Moscú antes de cesar las hostilidades sería un error, y destacó que una tregua temporal es un primer paso esencial para alcanzar una paz duradera.

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha tomado un rol activo en las negociaciones para alcanzar un alto el fuego de 30 días entre Rusia y Ucrania, enviando al enviado especial Steve Witkoff a Moscú para dialogar con funcionarios rusos. Si bien el presidente ruso Vladímir Putin ha manifestado cierto apoyo a la propuesta, también ha planteado condiciones adicionales que dificultan la concreción de un acuerdo definitivo. Por su parte, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha expresado su preocupación de que el Kremlin utilice estas negociaciones como una táctica dilatoria para prolongar el conflicto.
En este contexto, el gobierno del primer ministro Starmer ha reafirmado el compromiso del Reino Unido con las sanciones económicas lideradas por Estados Unidos contra Rusia y ha expresado su disposición a contribuir con tropas a una eventual fuerza de mantenimiento de la paz. Starmer advirtió que la falta de un acuerdo sólido podría extender la inestabilidad económica en Europa y prolongar las tensiones geopolíticas en la región.
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