El expresidente ruso y fuerte aliado de Putin, Dmitri Medvedev, advirtió que las fuerzas ucranianas que aún permanecen en la región rusa de Kursk serán “destruidas sin piedad” si no deponen sus armas.

El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitry Medvedev, asiste a una reunión del Consejo de Ciencia y Educación en el Instituto Conjunto de Investigación Nuclear en la ciudad de Dubna, en la región de Moscú, Rusia, el 13 de junio de 2024. Foto: Sputnik/Alexei Maishev/Pool vía REUTERS/File Photo

Su declaración se produce en medio de una escalada de tensiones, luego de que el presidente ruso, Vladímir Putin, respondiera a una petición de su homólogo estadounidense, Donald Trump, quien instó a Moscú a garantizar la seguridad de los soldados ucranianos en la zona.

Putin ofrece garantías si las tropas ucranianas se rinden

En un discurso televisado, Putin aseguró que aquellos combatientes ucranianos que depongan las armas recibirán un trato digno y conforme al derecho internacional.

“Hemos revisado la declaración de hoy del presidente estadounidense Trump. Quiero enfatizar que si se rinden, sus vidas estarán garantizadas”, declaró el líder ruso. Foto: kremlin.ru.

Sin embargo, también subrayó que las fuerzas ucranianas han cometido “numerosos crímenes contra civiles” en la zona y que la Fiscalía General de Rusia los ha clasificado como actos de terrorismo, instando a Kiev a ordenar formalmente la rendición de sus tropas para evitar más bajas.

Un alto el fuego en entredicho

El llamado de Putin a la rendición ocurre después de que Ucrania aceptara un alto el fuego de 30 días, mediado por Estados Unidos durante las negociaciones en Arabia Saudita, aunque el Kremlin aún no ha confirmado su adhesión formal a la tregua, Putin ha manifestado su apoyo al acuerdo “en principio”.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reconoció que sus fuerzas enfrentan una creciente presión en Kursk, donde la ofensiva rusa ha recuperado gran parte del territorio que Kiev capturó en agosto pasado.

Volodímir Zelenski durante su discurso en el Foro Económico Mundial en Davos. Foto: WEF.

El asalto transfronterizo ucraniano en Kursk, lanzado el año pasado, ha sido la mayor operación de un ejército extranjero en territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial, pero la respuesta de Moscú ha reducido significativamente las ganancias territoriales de Ucrania, debilitando su posición en cualquier futura negociación de paz.

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Redacción
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