El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hablará con su homólogo ruso, Vladímir Putin, el próximo martes para abordar un posible acuerdo de cese al fuego en Ucrania. Esta conversación, confirmada por el Kremlin, se producirá luego de reuniones entre funcionarios de ambos países en Moscú, donde se exploraron las condiciones para detener la guerra que lleva más de tres años.
Trump declaró que existe “una buena posibilidad” de poner fin a la guerra y aseguró que las conversaciones han avanzado durante el último fin de semana. El mandatario estadounidense busca obtener el respaldo de Putin para una propuesta de cese al fuego de 30 días que Ucrania aceptó recientemente. Mientras tanto, las hostilidades continúan con intensos ataques aéreos y el avance ruso para expulsar a las fuerzas ucranianas de la región de Kursk, ubicada en el oeste de Rusia.

Las exigencias de Rusia
Uno de los puntos más sensibles de la negociación es el control de activos estratégicos, entre ellos la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, actualmente bajo ocupación rusa. Trump mencionó que se discutirán cuestiones relacionadas con el territorio y las plantas de energía, aunque no ofreció detalles específicos. Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, confirmó la llamada entre los mandatarios, pero evitó comentar sobre las concesiones territoriales.
Según informó el Kremlin, Putin envió a Trump un mensaje a través del enviado estadounidense Steve Witkoff, quien visitó Moscú recientemente. En dicho mensaje, el presidente ruso expresó un “cauto optimismo” respecto a la posibilidad de alcanzar un acuerdo. Sin embargo, Rusia mantiene demandas firmes: exige garantías de que Ucrania no se unirá a la OTAN y que se reconozca su control sobre los territorios ocupados desde 2014, incluyendo Crimea y las regiones del este ucraniano.

La postura de Ucrania, en cambio, se mantiene inflexible en cuanto a su soberanía. El presidente Volodímir Zelenski declaró que no aceptará ninguna pérdida de territorio como parte del acuerdo de paz. A pesar de haber aceptado el cese al fuego temporal, Kyiv sostiene que Rusia debe retirar sus fuerzas de todas las áreas ocupadas.
El asesor de Seguridad Nacional de Trump, Mike Waltz, señaló que las negociaciones aún enfrentan obstáculos significativos. En declaraciones a la cadena ABC, enfatizó la necesidad de considerar los intereses nacionales de Estados Unidos y evaluar la viabilidad de recuperar todo el territorio ucraniano ocupado. “Debemos preguntarnos si es realista expulsar a cada soldado ruso de Ucrania”, afirmó Waltz, sugiriendo que la alternativa a un acuerdo podría ser una guerra prolongada con el riesgo de una escalada global.
En el ámbito internacional, las potencias occidentales observan con cautela el desarrollo de las conversaciones. El Reino Unido y Francia manifestaron su disposición para enviar una fuerza de paz que supervise el cumplimiento del cese al fuego en caso de concretarse el acuerdo. No obstante, Moscú rechazó de antemano cualquier despliegue de tropas extranjeras mientras el conflicto esté en curso.
La Unión Europea, a través de su jefa de política exterior, Kaja Kallas, criticó las condiciones impuestas por Rusia y afirmó que las exigencias muestran que Moscú no tiene una verdadera intención de alcanzar la paz. Por su parte, el primer ministro británico Keir Starmer indicó que los aliados europeos están preparando planes de apoyo a Ucrania en caso de un cese al fuego, aunque advirtió que cualquier acuerdo deberá contar con garantías sólidas para ser sostenible.
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