El enclave administrativo de las Islas Malvinas aseguró una financiación de £150 millones para impulsar su programa de inversiones en infraestructura, destacando la construcción de una nueva instalación para el puerto en Malvinas, prevista para 2027. Esta financiación se obtuvo mediante una colocación privada inicial, organizada con el apoyo de Rothschild & Co, que atrajo inversiones de, £100 millones de Legal & General (L&G) y £50 millones de Aberdeen Group PLC.​

En este sentido, el diputado Roger Spink, responsable del Tesoro, expresó su satisfacción al afirmar que esta inversión refleja la confianza en la situación financiera y económica de las islas, permitiendo la ejecución de proyectos cruciales como la sustitución del FIPASS y el desarrollo de una nueva central eléctrica.​

El proyecto del nuevo puerto busca reemplazar al actual FIPASS (Falkland Interim Port and Storage System), una estructura instalada en 1984. El enclave administrativo de las Islas Malvinas anunció el año pasado avances en el proyecto de sustitución de la instalación portuaria de Puerto Argentino, conocida como FIPASS. Tras reuniones recientes del Consejo Ejecutivo, se aprobaron dos documentos cruciales para el desarrollo del proyecto.

Steve Bolton, Director de Crédito Privado Corporativo para el Reino Unido y Europa en L&G, comentó citado desde Mercopress: “Nos complace enormemente anunciar esta financiación para desarrollar nueva infraestructura para el Gobierno de las Islas Malvinas. La inversión institucional puede ser un factor clave para apoyar proyectos a largo plazo con alto consumo de capital que pueden marcar una diferencia real tanto a nivel social como económico“. Lo cierto es que este desarrollo posicionaría al puerto como una puerta de entrada estratégica al Atlántico Sur y a la Antártida. ​

La construcción de este puerto debería ser motivo de preocupación para el gobierno argentino, ya que se lleva a cabo en un territorio cuya soberanía sigue en disputa. El avance de esta obra no solo desestima los legítimos reclamos de Argentina, sino que también ignora los llamados internacionales a retomar el diálogo entre ambas naciones. Al fortalecer su presencia en las Malvinas mediante infraestructura estratégica, el Reino Unido afianza su control sobre recursos naturales clave y amplía su proyección geopolítica hacia la Antártida, consolidando una postura unilateral en un conflicto aun sin resolver.

Redacción
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