En una nueva administración al frente de la Casa Blanca, el presidente Donald Trump ha comenzado a escalar la presión contra Irán, dando a entender que se prepara para la guerra contra su enemigo histórico. Las amenazas se respaldan bajo los movimientos contra los rebeldes hutíes que, apoyados por Irán, actúan repetidamente contra las rutas marítimas estratégicas y el paso de buques comerciales en el Mar Rojo.

Así también lo dejó en claro en una carta dirigida al ayatolá Jamenei, donde Trump afirmó que, si no se negocia, la alternativa será una intervención militar que resultaría “terrible” para Irán. De manera similar, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, afirmó que la campaña contra los houthis será “implacable”, respondiendo a los repetidos ataques a buques comerciales y militares en la región. 

Simpatizantes hutíes asisten a una concentración contra Estados Unidos e Israel en Sanaa, Yemen, el lunes 17 de marzo de 2025. Créditos: Osamah Abdulrahman, AP

La postura estadounidense fue también respaldada por el asesor de seguridad nacional Mike Waltz, quien afirmó que Washington está preparado para ampliar su campaña militar en Yemen apuntando a los barcos iraníes que ayudan al grupo rebelde Houthis. “No sólo haremos responsables a los hutíes, sino que también haremos responsable a Irán, sus patrocinadores”, declaró Waltz, advirtiendo que los activos militares y de inteligencia iraníes que apoyan los ataques podrían convertirse en objetivos de Estados Unidos.

El antes y después de la mirada de Estados Unidos hacia Irán

Sin dudas, la postura actual de la administración Trump se distancia de la promovida por Biden, quien en 2021 retiró la designación de grupo terrorista a los hutíes y promovió un alto el fuego respaldado por Naciones Unidas. No obstante, para Trump esto no sólo es un signo de debilidad sino que también fomentó las ofensivas del grupo yemení. 

Esto se debe principalmente a que el impacto y el accionar de los hutíes no sólo se limita al Mar Rojo, sino que se ha corroborado su gran impacto en el comercio internacional y, principalmente, en el mercado del petróleo. La situación afecta la economía de Estados Unidos y resuena en su inflación. 

Además, a lo largo de esta semana, los hutíes intentaron atacar el portaaviones USS Harry S. Truman, aunque fue frustrado. Pero más allá del resultado, la justificación del accionar del grupo se enmarca en el respaldo a Gaza frente a los ataques repetidos de Israel, primordial aliado de Estados Unidos en la región. 

Créditos: FT

Un ataque contra Yemen es un ataque contra Irán

En paralelo a esta actualidad, la Casa Blanca intensificó esta semana la vigilancia aérea cerca de la central nuclear iraní de Bushehr, indicando una posible preparación para un ataque. Básicamente porque, para Trump, Irán enfrentará las consecuencias más “nefastas” si los hutíes siguen realizando ataques en las rutas marítimas o contra Estados Unidos. Además, afirmó que a partir de ahora se considerará que los dirigentes iraníes han apretado el gatillo de “cada disparo efectuado por los hutíes”.

Créditos: Euronews

En palabras del especialista David Haggith, “Trump parece estar jugando sus ataques en Yemen hacia mostrar a Irán que está decidido. Estados Unidos va muy en serio y se dirige hacia ellos si no se sientan a negociar. Irán, sin embargo, ha declarado que no negocia ni negociará bajo presión de mano dura. Así pues, parece que el presidente antibelicista se encamina directamente a la guerra, a menos que Irán ceda en el último minuto”.

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Redacción
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