La ofensiva de Estados Unidos contra los rebeldes hutíes en Yemen ha dado un nuevo paso adelante con la reanudación de los ataques aéreos y con misiles, que apuntan a un conjunto mucho más amplio de objetivos que en ocasiones anteriores. Esta operación, que busca frenar las acciones de los rebeldes respaldados por Irán, ha aumentado en intensidad en los últimos días, tras una amenaza de los hutíes de reanudar los ataques contra buques israelíes en el Mar Rojo.
El retorno de los ataques aéreos estadounidenses
Los ataques aéreos y con misiles que se reanudaron el pasado sábado marcan el regreso de la intervención militar estadounidense después de un breve período de calma. Esta serie de operaciones tiene como objetivo debilitamiento de las fuerzas hutíes en varias zonas de Yemen. A diferencia de los ataques previos, que se centraron principalmente en las acciones de los hutíes contra barcos, ahora se está ejecutando una ofensiva más amplia con el fin de presionar aún más a los rebeldes.

Los primeros bombardeos alcanzaron un complejo en el que se encontraban objetivos relacionados con los vehículos aéreos no tripulados (VANT) hutíes. Según el general Alex Grynkewich, director de operaciones del Estado Mayor Conjunto, estos ataques son parte de un esfuerzo por atacar una variedad de objetivos que van más allá de las infraestructuras militares de los hutíes, incrementando la presión sobre el grupo rebelde.
Cambios en la estrategia de Estados Unidos
El cambio de enfoque en la estrategia de Estados Unidos ha sido claro. Si bien las intervenciones previas se centraron en operaciones más limitadas, la nueva fase de ataques incluye la identificación y destrucción de objetivos clave relacionados con la capacidad operativa de los hutíes. Además, la delegación de autoridades del presidente a través del secretario de Defensa, Pete Hegseth, hasta los comandantes operacionales, ha permitido una mayor flexibilidad en la toma de decisiones sobre el terreno. Esto ha mejorado la capacidad para reaccionar rápidamente a las oportunidades tácticas que se presentan en el campo de batalla.
El portavoz del Pentágono, Sean Parnell, también dejó en claro que esta no es una ofensiva interminable. Según Parnell, el objetivo de Estados Unidos no es un cambio de régimen en Yemen ni en la región, sino presionar a los hutíes para frenar sus acciones hostiles. Aunque la posibilidad de enviar tropas terrestres no se ha descartado de manera oficial, las autoridades militares estadounidenses prefieren mantener en reserva esa opción, lo que impide comentarios más detallados sobre futuros despliegues.

El impacto de la intervención en el conflicto yemení
La reanudación de los ataques estadounidenses contra los hutíes representa un cambio significativo en el panorama del conflicto en Yemen. Tras más de un año de ataques aéreos intermitentes por parte de Estados Unidos y el Reino Unido, que comenzaron en enero de 2024, y con el antecedente de los siete años de confrontación con la coalición liderada por Arabia Saudita, el grupo rebelde hutí ha demostrado una notable resistencia.
Aunque el presidente Donald Trump había prometido que los hutíes serían “aniquilados completamente”, el grupo ha logrado sobrevivir a una serie de ofensivas y sigue representando una amenaza en la región. Los ataques de la coalición liderada por Arabia Saudita no lograron poner fin a las operaciones del grupo en Yemen, lo que ha llevado a Estados Unidos a tomar un papel más activo en la lucha contra los rebeldes.
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