Corea del Norte está avanzando en la producción y exportación de drones militares con destino a países y grupos considerados enemigos de Estados Unidos. Según un informe publicado por el medio surcoreano Daily NK, el régimen de Kim Jong Un comenzó el 7 de marzo la inspección de aviones no tripulados destinados a la exportación. Aquellos que superaron las pruebas fueron enviados de inmediato a naciones como Irán, Siria, los rebeldes hutíes de Yemen, grupos militantes en África y, presuntamente, Rusia.

Este movimiento se enmarca en una estrategia más amplia de Pyongyang para fortalecer lazos con sus aliados internacionales y obtener divisas en medio de las sanciones impuestas por Naciones Unidas. A pesar de las restricciones, el gobierno norcoreano ha desarrollado métodos sofisticados para evadir el control internacional, incluyendo el envío de componentes de drones por separado para su posterior ensamblaje en destino. Este enfoque dificulta la detección y rastreo de las transacciones, que a menudo se realizan a través de criptomonedas como bitcoin y ethereum.

El interés de Corea del Norte en expandir sus exportaciones de armamento no es nuevo. En noviembre de 2023, Kim Jong Un ordenó la producción masiva de drones militares como parte de un esfuerzo más amplio para diversificar su industria de defensa y aumentar su influencia geopolítica. Estos drones incluyen modelos de reconocimiento y vehículos aéreos no tripulados suicidas, conocidos por su capacidad de ataque de precisión. Las fábricas en la provincia de Pyongan del Norte se han convertido en el epicentro de esta producción.

Uno de los principales receptores de este arsenal sería Rusia. Estados Unidos y Corea del Sur han acusado previamente a Pyongyang de suministrar miles de contenedores de municiones a Moscú para respaldar su invasión de Ucrania. La incorporación de drones norcoreanos podría fortalecer aún más las capacidades militares rusas en el conflicto, al tiempo que proporciona a Corea del Norte una fuente de ingresos y una mayor relevancia estratégica.

La colaboración entre Corea del Norte e Irán también es de especial interés para la comunidad internacional. Ambos países, sujetos a sanciones internacionales, han desarrollado una relación estrecha en materia de cooperación militar. La transferencia de drones avanzados a Teherán podría potenciar las capacidades de las fuerzas iraníes y sus aliados en Medio Oriente, incluyendo a grupos como Hezbolá y las milicias chiitas en Irak y Siria.

Desde un punto de vista técnico, la capacidad de Corea del Norte para competir en el mercado de drones plantea interrogantes. Vann Van Diepen, exexperto en armas de destrucción masiva del Departamento de Estado de Estados Unidos, señaló en el sitio especializado 38 North que el régimen norcoreano podría intentar ofrecer precios más bajos que otros proveedores no occidentales. Sin embargo, no está claro si sus modelos Saetbyol-4 y Saetbyol-9 cuentan con el desarrollo tecnológico suficiente para atraer a compradores internacionales frente a alternativas más consolidadas.

El informe publicado por Daily NK destaca cómo Pyongyang recurre a empresas de fachada en el extranjero y a complejas redes de pago para evitar la detección. Este patrón de comportamiento, sumado al creciente interés de Corea del Norte en desarrollar tecnologías militares avanzadas, sugiere una intensificación de sus esfuerzos para desafiar el orden internacional y fortalecer su posición estratégica

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Redacción
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