Estados Unidos refuerza su presencia militar en la base de la isla Diego García, ubicada en el océano Índico, en respuesta a las tensiones con Irán y las recientes actividades de los rebeldes hutíes en Yemen. Este despliegue incluye bombarderos furtivos B-2 Spirit, aviones de transporte C-17 y una flota de aviones cisterna KC-135, según informes de inteligencia de fuentes abiertas (OSINT). ​

Bombardero furtivo B-2 Spirit.

De acuerdo al Miami Herald, imágenes satelitales revelan la llegada de al menos tres aviones de carga C-17 y 11 aviones cisterna KC-135 a Diego García en las últimas 48 horas. Este movimiento sugiere preparativos para operaciones aéreas a gran escala y una intensa presencia militar en la región. ​

La base de Diego García, operada conjuntamente por el Reino Unido y Estados Unidos, se configuró a lo largo de los años como un punto estratégico para operaciones militares estadounidenses, incluyendo las campañas en Afganistán en 2001 y en Irak en 2003. Su ubicación es clave para proyectar poder en el Medio Oriente y el sur de Asia. ​

Aumentan las tensiones entre Irán y Estados Unidos

Este refuerzo militar coincide con un aumento en las tensiones entre Washington y Teherán. Estados Unidos vinculó a Irán con los ataques de los hutíes a buques en el mar Rojo y expresó preocupación por las ambiciones nucleares iraníes. Por su parte, Irán sostiene que su programa nuclear tiene fines pacíficos y niega estar detrás de los ataques hutíes. ​

Mientras tanto, los rebeldes hutíes reivindicaron nuevos ataques contra buques estadounidenses en el mar Rojo, intensificando aún más las tensiones en la región. La administración de Trump advirtió que cualquier ataque adicional será respondido con contundencia, subrayando su compromiso con la seguridad marítima y la protección de sus intereses en la zona.

Redacción
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