Israel lanzó un ataque aéreo contra Beirut por primera vez desde que un frágil alto el fuego con Hezbolá puso fin a la última guerra entre ambas partes en noviembre, tras advertencias israelíes de represalias por ataques provenientes del Líbano contra el norte de Israel.
El bombardeo tuvo como objetivo una instalación de almacenamiento de drones de Hezbolá en el barrio de Dahiyeh, según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), considerado un bastión clave del grupo chiita, al que Israel acusa de utilizar a la población civil como escudo humano.

Las autoridades libanesas ordenaron el cierre de escuelas y universidades en el suburbio de Hadath y se reportó un éxodo de residentes antes del ataque, donde Hezbolá, por su parte, negó haber lanzado cohetes contra Israel y acusó a Tel Aviv de buscar un pretexto para intensificar sus operaciones en territorio libanés.
Tensiones en la frontera y desafíos al alto el fuego
El conflicto entre Israel y Hezbolá se reactivó tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, que desencadenó la guerra en Gaza, desde entonces, Hezbolá ha lanzado ataques con misiles y drones contra Israel, mientras que las FDI han llevado a cabo operaciones en el Líbano, resultando en la muerte de varios líderes de Hezbolá, con un saldo de más de 4.000 fallecidos en el Líbano y el desplazamiento de 60.000 israelíes del norte del país.

El acuerdo de alto el fuego estipulaba la retirada de las tropas israelíes del Líbano a finales de enero, una fecha que luego se extendió hasta el 18 de febrero, sin embargo, Israel mantiene presencia en cinco localidades libanesas y ha intensificado sus ataques aéreos en el sur y el este del país, argumentando que su objetivo es la infraestructura de Hezbolá.
La semana pasada, bombardeos israelíes en distintas zonas del Líbano dejaron seis muertos, donde las Naciones Unidas expresó preocupación por la creciente tensión, mientras que el presidente libanés, Joseph Aoun, denunció las acciones israelíes como violaciones del alto el fuego.
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