El pasado 20 de marzo, múltiples drones ucranianos atacaron la base de bombarderos de la Fuerza Aérea de Rusia en Engels. Según el Estado Mayor de Ucrania, causó una explosión que destruyó 96 misiles de crucero Kh-101, una de las mejores municiones rusas para atacar ciudades ucranianas.

Cabe recordar que los Kh-101 suelen ser lanzados por bombarderos pesados Tupolev Tu-95 y Tu-160, alcanzando una distancia de hasta 860 kilómetros con una ojiva de 1.000 libras. Según el Estado Mayor de Kiev, Moscú designó a los Kh-101 específicamente para atacar ciudades ucranianas este mes y el siguiente.

Un enorme incendio se eleva desde un depósito de petróleo en Engels, Rusia, después de un ataque de drones ucranianos. Créditos: A Kamyshin/X

Estos 96 misiles destruidos representaban aproximadamente dos meses de producción en la fábrica de municiones Raduga Design Bureau, cerca de Moscú. Se estima que cada Kh-101 cuesta al menos 10 millones de dólares, por lo que el ataque contra Engels puede haber tenido un precio de 960 millones de dólares, sin contar los daños adicionales al almacenamiento de combustible y otras instalaciones de la base.

Según el Centro Ucraniano de Comunicación Estratégica, Engels “se enfrentaba a serias dificultades”, aunque las amenazas de los ataques ucranianos comenzaron hace dos meses. Puntualmente, en dos ocasiones: el pasado 8 de enero, cuando drones ucranianos atacaron Saratov, cerca de Engels, provocando un incendio en un gran depósito de toneladas de combustible; el segundo ocurrió el 14 de enero, también en manos de drones. 

Los problemas detrás del uso de drones por parte de Ucrania

Los expertos en la materia afirman que el accionar ucraniano puede cuestionarse, principalmente porque se jactan del daño realizado en Engels sin tener en cuenta que Rusia podría repararlo rápidamente. Además, Raduga podría aumentar la producción de nuevos Kh-101, y Ucrania puede llegar a tener dificultades para adquirir suficiente munición para volver a atacar estos espacios estratégicos.

Definitivamente Ucrania ha comenzado a construir una amplia gama de vehículos aéreos no tripulados de largo alcance, incluyendo algunos basados en aviones deportivos modificados que pueden alcanzar 800 millas con cientos de libras de explosivos. Esto se debe a que Kiev ha dedicado una parte significativa de este arsenal de ataque profundo a atacar depósitos de municiones rusos como el de Engels. 

Supuestas imágenes de las secuelas de un ataque ucraniano con drones contra Engels, en el óblast de Sarátov (Rusia), el 20 de marzo de 2025. Créditos: Astra/Telegram

No obstante, los ataques “tuvieron un impacto limitado”, según el grupo de análisis ucraniano Frontelligence Insight. Como muchos de ellos dirigidos contra depósitos de municiones, Rusia ha tenido la capacidad de reparar las instalaciones afectadas y la industria a adaptarse para compensar la pérdida de producción. En pocas palabras, dirigir los ataques a estos centros rusos no es tal vez el mejor camino para Ucrania.

Además, Kiev no cuenta con las mejores municiones de ataque profundo necesarias para organizar una campaña intensiva contra la logística rusa. En paralelo, todavía no fabrica suficientes municiones similares por su cuenta.

Por estos motivos, Frontelligence Insight cree que Ucrania debería atacar más a menudo y con municiones más pesadas que los drones de ataque. En paralelo, debería cambiar de objetivo y lanzar ataques contra infraestructuras vitales de Rusia que provoquen dificultades de recuperarse, como las petrolíferas.

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Imagen de portada empleada a modo ilustrativo

Redacción
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